Rianxo recuerda la villa marinera

MODESTO DEL RÍO RIBEIRA

BARBANZA

SIMÓN BALVÍS

La población que vio nacer a Castelao, Dieste y Manuel Antonio también ha engendrado monstruos de cemento Rianxo es conocido por haber dado tres grandes escritores a la literatura gallega: Castelao, Rafael Dieste y Manuel Antonio. Su aportación a la arquitectura es un poco más dudosa. La capital del concello todavía conserva algunas características del pequeño pueblo marinero que fue. Sin embargo, también ha sufrido los cambios que ha traído consigo el progreso. La imagen de puerto pesquero se ha modificado drásticamente con la construcción de altísimos edificios que destacan entre los demás. Las viviendas unifamiliares se han transformado en bloques de pisos que rompen la estética tradicional de la localidad de la ría de Arousa.

07 jun 2001 . Actualizado a las 07:00 h.

La capital rianxeira ha inaugurado recientemente con la visita del presidente de la Xunta las nuevas instalaciones de su puerto, que ha tenido importantes modificaciones con respecto a como era antes. La pesca ha sido siempre su principal modo de vida, y así se refleja en su arquitectura popular, o, al menos, en lo que queda de ella en la actualidad. Un caso son las denominadas casas do remo, que se caracterizaban por tener todas anchuras y alturas similares. Las viviendas se distinguían entre sí por sus colores, que también servían de guía para los marineros que las podían ver a lo lejos desde los barcos. Pero ahora la altura ya no es tan parecida entre unas casas y otras, por el sencillo motivo de que a algunas se les ha añadido un nuevo piso y eso provoca un contraste con las demás. No es el único caso de impacto visual. Nada más entrar en la localidad, aparecen dos edificios considerablemente mayores que el resto, uno a cada lado de la carretera, y que tampoco aportan mucho al interés turístico-histórico-artístico de la capital rianxeira. El núcleo urbano ha ido cambiando paulatinamente con el paso del tiempo. La plaza Castelao, donde se encuentra la casa consistorial, combina la existencia de las viejas casas de piedra con voluminosos bloques de pisos construidos más recientemente para cubrir las necesidades de vivienda de la población del siglo XX. Pero el resto del concello de Rianxo no se ha librado de los perjuicios de la entrada en la era industrial. Pueden encontrarse preciosos lugares que han sido invadidos vilmente por los cables eléctricos. También proliferan las construcciones tradicionales que hacen uso de los nuevos materiales, como los típicos hórreos recubiertos con tejados de uralita. E incluso aparecen en medio de la nada obras a medio hacer que suponen un atentado contra la estética. No es de extrañar que esos edificios se encuentren paralizados. Unos meses más y el paisaje se habría perdido irremediablemente. La naturaleza, que no tiene la culpa de nada, también ha sufrido las consecuencias del a veces mal llamado progreso. Dos eucaliptos centenarios se han quedado totalmente asfixiados en Taragoña por la calzada y sus correspondientes aceras. Ahora ya no podrán crecer más... o quizá nos encontremos pronto con que el suelo se empieza a levantar con la fuerza de sus raíces.