La escuadra de Erviti ofreció ante el Iberia una imagen casi tan pobre como en la apertura de la temporada Los pocos aficionados que el domingo acudieron al campo municipal de Barraña vieron como el Boiro desanduvo el camino que había recorrido desde el inicio del campeonato, que abrió ofreciendo una pobrísima imagen frente al Imperátor. Si entonces hubo disculpa por el potencia de un rival que ahora es segundo del grupo norte de Regional Preferente, frente al Iberia, no la había. Tedioso y mediocre fue el juego de los de Erviti. El Noia, por su parte, careció de fortuna en Ribadeo, donde cayó injustamente (2-1).
23 oct 2000 . Actualizado a las 07:00 h.El Iberia llegó al campo de Barraña metido en la cola de la tabla y con su entrenador, Manuel Martínez, en la picota. Pero verá algunos telediarios más, ya que su grupo se ha tomado un respiro ante un caritativo y desnortado Boiro. En el bando local, dio la impresión de que algunos jugadores quisieron resolver el problema por su cuenta y riesgo. Pensando más en el aplauso o su lucimiento personal que ponerse al servicio del colectivo. El resultado a la vista está. Y lo peor aún no ha venido: la sanción por la alineación indebida frente al Arteixo. Domingo Erviti reconoció ayer que su conjunto no había hecho prácticamente nada. En la primera parte ofreció tedio, individualismos estériles, regates para la galería y, sobre todo, ningún sentido vertical. El técnico comentó que los jugadores lo achacaron al deplorable estado del césped del campo municipal _¿no merece el club que alguien se interese por este recinto deportivo, en el que entrenan y juegan los aficionados y juveniles, y a veces el Cabo de Cruz?_. Pero esa no fue la cuestión. El Iberia, un rival en teoría inferior, fue más humilde. Actuó como un equipo y se llevó los tres puntos justamente.