Pizarra gallega en Lanzarote

Ramón Ares Noal
MONCHO ARES RIBEIRA

BARBANZA

Una empresa de Barbanza instala la primera cubierta de roca laminada de la comarca de Valdeorras Si el polifacético César Manrique levantara la cabeza descubriría asombrado el contraste del blanco tradicional que impera en todas las construcciones de Lanzarote, con el negro de la pizarra de O Barco de Valdeorras que adorna parte de la cubierta de un nuevo hotel de cuatro estrellas situado en el sur de la isla. La empresa Cubregal, con sede social en Lousame y oficinas en Ribeira, ha sido la autora de una obra que ha sentado precedente en un territorio en el que rige una estricta normativa urbanística precisamente inspirada por el arquitecto y escultor, que defendió a ultranza el respeto al estilo tradicional arquitectónico de su tierra como mejor fórmula para preservar un paisaje de claros tonos volcánicos.

17 oct 2000 . Actualizado a las 07:00 h.

Lo que en un principio parecía una idea descabellada se convirtió al final en una atractiva mezcla de tonos que llama la atención de propios y extraños, es decir, residentes y turistas. Y es que la pizarra gallega, que tanto se ha puesto de moda en los últimos años, es idónea para aislar del frío a los hogares allá donde la nieve domina durante muchos meses del año, e incluso para adorno de edificaciones, pero raras veces se empleaba en tejados de zonas cálidas, como las Canarias. La empresa Cubregal recibió el encargo de instalar la cubierta de pizarra en dos cúpulas y un tejado de un hotel de cuatro estrellas que se construía en Lanzarote. El contacto fue a través de la firma que se encargó de realizar la estructura de madera de la obra, que es del País Vasco y que ya realizara actuaciones conjuntas con la compañía barbanzana. Vicente Sampayo, propietario de Cubregal, aceptó el reto y desplazó a la isla a cuatro operarios que realizaron la minuciosa instalación bajo un sol de justicia. Al parecer, la idea inicial generó cierta desconfianza, puesto que la normativa urbanística que está en vigor en la isla es muy estricta e incluso prohibe realizar tejados al estilo tradicional, con el objeto de no romper la estética.