Los barbanzanos se gastaron más de 150 millones de pesetas en organizar los actos lúdicos y gastronómicos de los últimos tres meses Los cientos de actos lúdicos y gastronómicos organizados en las comarcas de Barbanza, Muros y Noia durante este verano superaron con creces los 150 millones de pesetas (901.518 euros). Degustaciones de productos típicos, fuegos de artificio, verbenas, grupos de gaitas, juegos infantiles y otras muchas actividades más obligaron a vecinos, concellos y casas comerciales a «rascarse» los bolsillos para conseguir el dinero necesario. Al final valió la pena y desde el pueblo más pequeño hasta el más grande, nadie se quedó sin sus celebraciones particulares. El gasto ya parece lo de menos, dicen que «la salsa con gusto no pica».
13 sep 2000 . Actualizado a las 07:00 h.Una vez que las fiestas del Nazareno de A Pobra toquen a su fin, los barbanzanos se habrán gastado más de ciento cincuenta millones de pesetas en la gran cantidad de celebraciones que ha dado de sí este verano del 2000. Desde los festejos de pequeños pueblos hasta los más grandes acontecimientos organizados por los concellos, pocos se habrán quedado sin pasar por alguna romería o verbena estos meses. Boiro encabeza la lista de los concellos barbanzanos en presupuesto para las fiestas, con veinte millones de pesetas de gasto. Le siguen Ribeira con los 19 de las celebraciones de verano; Rianxo con los 16 de la Guadalupe; y Puebla, que se gastará 11,5 en el Nazareno. Los principales desembolsos muradanos fueron los seis millones de los actos de San Pedro y los siete de las celebraciones del Carmen. Noia se gastó tres en organizar la Feira Medieval y diecisiete en el San Bartolomeu. La inversión lúdica de los sonenses rozó los ocho millones y medio y la de Outes, dos millones en San Pedro, a finales de junio. Para poner en marcha los cientos de actos que tuvieron lugar en cada localidad, fue necesaria la colaboración de todo el mundo. Concellos, vecinos, asociaciones y casas comerciales se rascaron los bolsillos para conseguir el dinero necesario. Al final, nadie se quedó atrás y los pequeños pueblos consiguieron también dinero para montárselo en grande. Ahí están por ejemplo los siete millones que recaudaron las comisiones de Taragoña y Aguiño respectivamente, los cinco de la de Palmeira, cuatro y medio la de Queiruga, cuatro la de Castiñeiras o los tres de las fiestas de O Castelo en Pobra. Pero para cifras, las de las fiestas gastronómicas. Más de tres mil kilos de sardinas y otros tantos de mejillones debieron consumirse en las degustaciones y romerías de los últimos meses. A estas hay que añadir otras celebraciones más específicas como la del berberecho en Noia, con mil kilos; la de pulpo en O Son, con tres mil; la octava fiesta rianxeira de la xouba, con seiscientos; o los 1.500 de percebe que sirvió el pósito en Aguiño. Tampoco faltaron raciones de empanada; más de mil en Palmeira, otras tantas en O Son y hasta 2.800 en O Freixo (Outes) son sólo algunos ejemplos de donde se degustó la vianda.