Los albores literarios de Julio Camba

Benito Leiro VILANOVA

VILANOVA DE AROUSA

Entrevistado por el joven periodista Enrique Estévez Ortega (Vida Gallega, 5 de mayo 1921), Julio Camba confesó que sí, que fue en Vilanova donde se despertaron sus aficiones literarias

16 dic 2021 . Actualizado a las 14:39 h.

Puede ser que Julio Camba se iniciara como galeguista en Marín, que se fogueara como exaltado anarquista en Buenos Aires, que se transformara en anarko aristócrata en Madrid, que luciera etiqueta de bon vivant en el París de la belle epoque, modales de dandy británico en Londres, ínfulas de hombre moderno en Nueva York o incluso que disfrutara los placeres del dolce far niente en Roma… Pero donde germinó como escritor y se impregnó de su humorismo genuino fue en Vilanova de Arousa.

Entrevistado por el joven periodista Enrique Estévez Ortega (Vida Gallega, 5 de mayo 1921), Julio Camba confesó que sí, que fue en Vilanova donde se despertaron sus aficiones literarias. El reportero le preguntó en el Ateneo de Madrid si hacía mucho tiempo que no iba por Galicia y si le gustaba su país. La respuesta de Camba no pudo ser más sorprendente: «Yo no conozco de Galicia nada más que mi pueblo, Villanueva de Arosa. Allí voy a ver a mi madre… Calló. [En realidad conocía toda su tierra, de norte a sur]. —¿Y allí se despertaron sus aficiones literarias?: «Sí, allí», Dijo tranquilamente.— Y volvió a callar…».

El mismo periodista, autor de un interesante libro de entrevistas titulado El alma de Galicia, consiguió que el hermano mayor de Julio, Francisco, fuese un poco más explícito sobre sus inicios en la escritura.

«¿A qué edad sintió la vocación literaria?, le preguntó Estévez. —Siendo pequeño, muy pequeño… Recuerdo que cuando tenía 14 años publicaba, con mi hermano, un periódico dibujado por nosotros mismos. —¿Cómo empezó a escribir? Mandando cuentos y artículos a los periódicos de Galicia…».

Así describía Paco Camba sus inicios literarios, en una entrevista publicada por la revista La Zarpa en 1924. Gracias a estas confidencias del hermano mayor, sabemos que Julio Camba comenzó a escribir «en serio» con apenas doce años en su casa natal de Vilamaior, colaborando en la redacción de un periódico, obviamente, artesanal. Muy pronto aparecerían sus colaboraciones en El Eco de Marín, La Idea Moderna, Vida Gallega y Diario de Pontevedra.

Una inédita misiva del amigo vilanovés de los Camba, Pastor Pombo Ferro -fechada en noviembre de 1965-, dirigida al profesor norteamericano Sidney F. Simon, deja constancia de la prematura pasión por la literatura de los tres insignes escritores vilanoveses.

(…) Es esta una villa pequeña donde no existe prensa. Cuando niño Valle Inclán tiró un periódico, manuscrito, que duró muy poco (parece que unos tres o cuatro números). En la otra etapa de la niñez los hermanos Camba, Julio y Francisco, volvieron a sacar otro, también manuscrito y que también duró muy poco, pues aparte de que era muy trabajoso, el papel les resultaba caro. No puedo obtener ningún número, ni de una ni de otra publicación, ni notas más concretas, pues hace un año murió D. Francisco Lafuente, de 97 años de edad, que era el que sabía un rato largo de todas estas cosas, con una cultura extraordinariasin haber pasado de las escuelas de primera enseñanza. (…)

Así fueron los albores literarios de los hermanos Camba. A pesar de esta prematura pasión por la escritura, Julio nunca se sintió escritor ni periodista. Como mucho, aceptaba la etiqueta de articulista. No soportaba la vanidad y pedantería de algunos escritores de su época.

En su escepticismo, creía que los «grandes hombres existen para dar trabajo a los escultores». Don Julio, que no quería ser nada y nunca persiguió gloria alguna, ¡oh, paradoja!, es ahora uno de esos grandes hombres esculpidos en bronce. Seguramente, habría protestado por tanto derroche de metal y preferiría broncearse al sol de poniente encaramado al Con da Mina. Pero Vilanova necesita presumir de él como él presumió de Vilanova. Y necesita honrarle, porque honrándole a él honramos nuestro acervo cultural.