Quejarse tiene recompensa (a veces)

María Hermida
María Hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

VILANOVA DE AROUSA

¿Qué fue de las 261 quejas presentadas por pontevedreses y arousanos ante el Valedor? Muchas de ellas tuvieron éxito

30 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Si las quejas que verbalmente se realizan por problemas con la burocracia, la sanidad o cualquier otra cuestión quedasen recogidas, seguramente, habría miles. Pero cuando se trata de contabilizar las reclamaciones escritas que se presentan ante una u otra instancia los números son mucho menores. Y eso que en muchas ocasiones pasar de echar pestes por la boca a dejar constancia oficial del malestar tiene recompensa. Basta con leer a fondo el informe de la Valedora do Pobo con respecto a las quejas que le llegaron de los concellos pontevedreses y arousanos a lo largo del año 2015. Muchas de ellas no solo fueron tenidas en cuenta por la defensora de los ciudadanos, cosa hasta cierto punto normal, sino que implicaron que la Administraciones o las empresas privaras moviesen ficha. Eso sí, a veces después de que la Valedora les llamase la atención en varias ocasiones. En total, desde los concellos pontevedreses se enviaron un total de 189 reclamaciones a la Valedora. Y en el caso arousano fueron 72. Hay quejas de todo tipo. A continuación, algunos ejemplos.

PROCESOS LABORALES

Desde poder ver unos exámenes al lío del pen drive. Los procesos de selección de personal en el ámbito público generan un buen número de quejas. A la Valedora le llegó una de Marín de una persona a la que el Concello no le había dejado fotocopiar los exámenes de sus rivales en un examen. El Ayuntamiento consideraba que poder consultar las pruebas de sus compañeros era suficiente sin necesidad de llevarse una copia. Pero la Valedora dijo que no, que fotocopias sí. Y el Concello aceptó. También se dio por buena la reclamación de un arqueólogo ante la Diputación por un problema con el reconocimiento de su titulación. Menos suerte tuvo una persona que protestó porque, entre otras cosas, en un examen en el Concello de Sanxenxo se había dejado entrar a personas con pen drive. No le dieron la razón.

tráfico

El vecino que se libró de la multa de tráfico. En cuestión de tráfico también se registraron un buen número de quejas. Triunfó una llegada desde Bueu, en la que un vecino se quejaba de que la Administración local no había agotado todas las vías para notificarle la sanción.

RUIDOS

Problemas con los bares y con un cañón en Catoira. Desde Marín y Sanxenxo hubo quejas por ruidos procedentes de negocios hosteleros y se le dio la razón al denunciante. Desde Pontevedra, de forma insistente, un ciudadano reclamó por el ruido que se ocasiona durante las fiestas de A Peregrina. Desde Catoira a la Valedora le llegó un cabreo curioso. Se trata del enfado de una familia por el ruido procedente de un cañón de gas con el que se espantaban animales. Aunque recibe miles de quejas, la defensora de los ciudadanos, Milagros Otero, no suele responder de forma sucinta. Se para en cada detalle. Por ejemplo, a raíz de una queja de un marinense, reflexiona sobre la necesidad de que el Concello de Marín dote a su policía de sonómetro.

Turismo

El hotel que pidió perdón. Aunque la Valedora do Pobo se centra en las Administraciones y no tiene competencias sobre el sector privado, sí puede hacer recomendaciones a las empresas. Así lo hizo ante la queja presentada por un grupo de personas con diversidad funcional que pensaban alojarse en la isla de A Toxa y sintieron que no se les quería atender por su discapacidad. La Valedora contactó con el alojamiento en cuestión, que según dijo pidió perdón e intentó solventar el problema, que achacó a un malentendido.

recaudación

Eximido de pagar un impuesto. Un vecino de Vilanova con una discapacidad pidió el amparo de la Valedora para conseguir que le eximiesen de pagar el Impuesto de Vehículos de Tracción Mecánica (IVMT). Lo logró.

Turismo

Las disculpas de la Comandancia de la Guardia Civil de Pontevedra. Un ciudadano se quejó porque un guardia civil de fuera de Galicia que trabaja en Gondomar no le atendió en gallego, lo que derivó en que no tramitase una denuncia. Le dieron la razón parcialmente. Porque la razón le asiste en cuanto al idioma, pero rechazó que llamasen a alguien que sí hablaba gallego para poder ser atendido. Aún así, la Comandancia de Pontevedra se disculpó con él.