Jesús Seoane, la vida en el filo de muchas cosas

Serxio González Souto
s. gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

MARTINA MISER

Muchos lo recordarán junto a su hermano como dos de los gorrillas de la plaza

29 nov 2018 . Actualizado a las 11:15 h.

Solo un necio, un hipócrita o un fundamentalista de la recta virtud, de esos que después vemos metidos en fregados nauseabundos de todo pelaje, negaría que cualquiera puede acabar siendo víctima de sus excesos. A menudo, lo que comienza por pura diversión, por necesidad de evasión frente a una realidad deprimente o por un simple dejarse llevar termina por conducir a callejones sin salida, laberintos en los que las puertas de fuga se van cerrando de una en una.

Hace cosa de 19 años, un tipo de sorprendente parecido con Lebowsky, el tremendo personaje creado por los hermanos Cohen, acompañó a la comitiva que se disponía a estrenar el párking de O Cavadelo, en Vilagarcía. Era un caluroso día de agosto y es probable que nuestro hombre buscase sombra y, por qué no, la perspectiva de una moneda o de alguno de aquellos pinchos que, tal vez lo recuerden, vestían las inauguraciones oficiales en los viejos buenos tiempos. Al final no hubo ni una cosa ni la otra, porque alguien se encargó de invitar al Nota a que abandonase las instalaciones. Algo que hizo muy mosqueado, como es natural.

Ya entonces se hacían visibles los estragos de una vida en el filo de muchas cosas. Al cabo de tantos inviernos, la factura hizo que Jesús Seoane se extinguiese, esta semana, en la vivienda de Sobradelo que compartió con su hermano José Ramón hasta que este le asestó una puñalada en el cuello, en las mismas puertas de la Comisaría, hace un par de años.

Muchos los recordarán a ambos como dos de los gorrillas más problemáticos de la plaza de abastos. Nosotros nos quedaremos con la primera y única invitación que el relato de aquella inauguración con Lebowsky incluido le granjeó al cronista Carlos Pena. Fue una copa que cayó en el añorado Corsario a la salud del escribiente y del propio Seoane, que quizás estuviese por allí en aquel momento. O tal vez no.