La izquierda arousana bulle en anuncios de listas, coaliciones y alianzas electorales; el tiempo para que se definan se agota
08 feb 2015 . Actualizado a las 05:00 h.La última iniciativa en sumarse a una larga lista es Somos Ribadumia, encabezada por Enrique Oubiña, concejal electo por el BNG en el 2011. El edil ribadumiense encarna como pocos el complicado desmembramiento por fascículos que aún hoy continúa experimentando el otrora frente hegemónico en el nacionalismo gallego. Del Bloque pasamos a Anova-Irmandade Galega, y de esta a Cerna, cuyos miembros, desengañados con la dirección de aquella primera escisión y con la experiencia de Alternativa Galega de Esquerda, impulsan ahora plataformas electorales de corte ciudadano bajo la denominación Somos Maioría.
A este paso, el sufrido votante va a necesitar un GPS para orientarse entre la enorme oferta que se anuncia por la zurda con ocasión de las inminentes elecciones municipales. Conviene, además, que el elector izquierdoso actualice con frecuencia su aplicación geopolítica, porque las alianzas mudan, en ocasiones, de un día para otro. Ahí está el caso de O Grove, concello abonado a la fragmentación de siglas, que una noche se acuesta pensando que Esquerda Unida y Anova renovarán su alianza en las distancias cortas para despertarse horas después con un rotundo desmentido desde la parte contratante nacionalista.
Contribuye, sin duda, a aderezar la ensalada la irrupción rompedora de Podemos en el panorama electoral arousano, que en Vilagarcía, sin ir más lejos, aspira a conseguir al menos cuatro concejales y a convertirse incluso en la primera fuerza de la capital arousana en los comicios generales que nos aguardan a la vuelta de la esquina, tal y como en noviembre constató Sondaxe.
Podemos, entre EU y Somos
Las expectativas, en definitiva, están puestas en lo que haga o deje de hacer Podemos, que fiel al mandato de Pablo Iglesias en la arena local podría establecer diferentes alianzas en función del municipio de que se trate. En O Grove, por ejemplo, funciona en el círculo una cierta afinidad con la gente de Somos Maioría, hasta el punto de que algunos de sus miembros llegan a confundirse.
En Vilagarcía, en cambio, sus pasos podrían avanzar hacia la gran plataforma por la izquierda que promueven Esquerda Unida y Juan Fajardo. De momento, la semana se iniciará mañana con nuevos contactos en esta línea, aunque nada parece haber de definitivo y sí muchas incógnitas. Somos Maioría, por ejemplo, acaba de anunciar que presentará su propia candidatura en la capital arousana, a la que por definición también estarían invitados los integrantes de Podemos. Existe, tampoco hay que olvidarlo, otra alternativa. De hecho, es la idea que en un principio manejaba el circulo vilagarciano: concurrir a las municipales como una agrupación de electores.
Y así sigue fluyendo todo este asunto, espeso y confuso desde hace meses, cuando lo que los tiempos exigen es, en realidad, concreción y claridad. Ya no solo porque las propuestas corren el riesgo de perderse entre un fenomenal barullo de listas siglas y acrónimos, sino porque, simple y sencillamente, los plazos ya están corriendo y hace falta tomar decisiones. La idea de una agrupación de electores exige, por ejemplo, que sus impulsores recojan entre el electorado del municipio en cuestión una cantidad de firmas determinada. Para las poblaciones que, como Vilagarcía, se encuentran entre los 10.000 y los 50.000 habitantes, la ley exige 500 rúbricas que deben ser entregadas en la junta electoral entre el 31 de marzo y el 20 de abril, fecha en la que, además, concluye el período de presentación de candidaturas. Si la fórmula por la que se apuesta es una coalición de fuerzas políticas, la normativa establece que la intención de conformarla sea comunicada oficialmente antes del 10 de abril. En caso contrario, todo esto no habrá sido sino un infeliz sueño de primavera.