UNA ECUACIÓN es una igualdad. Tiene un primer miembro y un segundo miembro separados por el signo igual. Hay ecuaciones matemáticas que tienen soluciones y otras que son insolubles. Existen ecuaciones sociales para las que no se encuentra solución, por mucho que se emplee el raciocinio. De pronto, un suceso precipita la solución de esa ecuación. Estamos asistiendo estos días a un ejemplo de libro. El alcalde de Valga estaba cansado de pedir a los poderes públicos la solución de la ecuación de los pasos a nivel de su municipio. Ninguno de los responsables políticos intentó aunque sólo fuera despejar la incógnita, y mucho menos buscar la solución. Por el mal funcionamiento de las barreras de un paso a nivel, un tren aplasta un automóvil y siega la vida de tres trabajadores. Aparece así el primer sumando del primer miembro de la ecuación con solución (muerte). Los vecinos, apenados e indignados, deciden cortar reiteradamente el paso del tren. El segundo sumando (protestas) completa el primer miembro y propicia que, con toda probabilidad, se encuentre la solución de la ecuación social: muerte + protestas = solución. Las soluciones de las ecuaciones sociales deberían de llegar racionalmente antes. Pero no, tiene que aparecer el proceso irreversible de la muerte para que se encuentre la solución de la ecuación. A ver si los políticos se hacen expertos en solucionar ecuaciones sociales. Gracias por intentarlo.