El Valle-Inclán de O Grove celebra su 50 aniversario a ritmo de «boogie-boogie»
O GROVE
Profesores y alumnos viajaron a 1973 para iniciar el nuevo curso
12 sep 2023 . Actualizado a las 05:00 h.El CEIP Valle Inclán, de O Grove, inició ayer el curso con un peculiar viaje en el tiempo. Retrocediendo a 1973, año de su fundación, para celebrar su cincuenta aniversario. La vuelta al cole se convirtió en una auténtica fiesta en la que profesores, padres y alumnos pusieron todo de su parte para que el ambiente en el centro fuese lo más parecido a aquella década. A los docentes no les faltaba detalle, chaquetas de cuero, pantalones acampanados o gafas con reminiscencias hippy, formaban parte del atuendo más socorrido, aunque los más originales fueran los profesores de gimnasia, con una camiseta de Yoplait adquirida para la ocasión. Mientras los pequeños se disponían a hacer la instantánea para el recuerdo, por los altavoces sonaban canciones como Mamy Blue o Boggie- Boggie. Y tampoco faltaron a la cita algunos automóviles clásicos para ambientar el aparcamiento: un Citroën 2 Cv-6, un Seat 600, un Porsche negro del 61 o una vespa de los años 50, que se convirtieron en el perfecto decorado para las fotografías.
Aunque el que sin duda centró todas las miradas al llegar fue el Citroën Tiburón DS Super que conducía quien fue portavoz nacionalista en la localidad, Heladio Outeiro, que quiso unirse a la causa, a pesar de que su hijo cursa estudios en otro de los centros mecos: «Ademais, eu vin aquí á escola seis días no ano 1979», explicaba, haciendo un poco de memoria. Si lo que se pretendía era rescatar anécdotas y repasar la historia, en Valle Inclán ayer lo consiguieron. Porque mientras Heladio confesaba que ese motor había pertenecido en su día a los Martínez de Irujo y paseó a la duquesa de Alba, el director, Ramón López Marín, contaba que el centro fue construido por decreto franquista a principios de los años 70, bajo unas características muy concretas. Es por ese motivo que algunos centros de la provincia, como el CEIP plurilingüe de Chancelas, en Poio, muestran el mismo aspecto, pues fueron levantados con los mismos materiales y la misma estética.
Padres e hijos, mimetizados para la ocasión, llegaban nerviosos para afrontar una nueva etapa escolar. Entre ellos, la piragüista Teri Portela, que no dudó en vestir la indumentaria para acompañar a su pequeña, al igual que lo hicieron muchas familias que pasaron su infancia en el colegio. El componente emocional ayudó a festejar las bodas de oro, que se seguirán celebrando mientras los estudiantes investigan sobre estas últimas décadas.
Entre las personas que se estrenaron el colegio en aquellos convulsos 70, se encuentra Lolita Domínguez, cuyos nietos estudian hoy en el centro. Recuerda el edificio prácticamente igual, «coas modificacións necesarias pero a mesma estrutura», relata mientras recuerda que a su llegada al colegio empezaron con las clases mixtas «e aquilo era unha festa diaria». Disponer de gimnasio por aquel entonces era una novedad, y fue allí donde por primera vez aprendió nociones de inglés. Fueron los años que sentaron los cimientos del colegio, porque aquellos alumnos plantaron incluso los árboles que hoy habitan el patio.