Un conductor deslumbrado por el sol hace añicos el cruceiro de Santo Tomé de Nogueira

Poco después de las ocho de la mañana de ayer, el cruceiro de la iglesia de San Tomé de Nogueira, en Meis, se hizo añicos. Tanto la cruz, como la vara, e incluso los escalones que formaban la base, acabaron destrozados después de que un coche se diese un buen golpe contra la escultura. Al parecer, confesó el conductor del vehículo en cuestión, el sol le provocó un deslumbramiento y sin darse siquiera cuenta golpeó la cruz de piedra, que se vino abajo. El golpe tuvo la intensidad suficiente como para desmontar la estructura y dejar el coche muy dañado. De hecho, llegaron a saltar los airbags, generándose una humareda que hizo que en primera instancia se llamase a los bomberos ante el temor a que el vehículo se incendiase. Finalmente, la presencia de los profesionales de Emerxencias no fue necesaria.

La alcaldesa de Meis, Marta Giráldez (PSOE) informaba ayer, a través de las redes sociales, de lo ocurrido: la imagen que quedaba en el lugar que siempre había ocupado el cruceiro era desoladora y no pasaba desapercibida. Giráldez explicó que hoy mismo los técnicos municipales, convenientemente asesorados por arqueólogos y personal especializado, comenzarán a buscar la manera de recomponer el maltrecho cruceiro de San Tomé de Nogueira, del que ayer la alcaldesa reconocía no tener demasiados datos históricos. En cualquier caso, tomo todos los cruceiros, este forma parte del patrimonio de Meis y Giráldez está dispuesta a hacer todo lo posible por devolverlo, de una pieza, a su sitio.

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