Cuatro días para sentir la llamada de Dios

Rosa Estévez
rosa estévez MEIS / LA VOZ

MEIS

MARTINA MISER

La comunidad cisterciense de Armenteira organiza unas jornadas vocacionales, dirigidas a jóvenes de entre 18 y 30 años

30 jun 2021 . Actualizado a las 11:12 h.

Nevi, novicia en el monasterio de Armenteira, es el rostro sonriente del vídeo que la comunidad cisterciense asentada en Meis ha hecho circular por las redes sociales para promocionar las primeras jornadas vocacionales que organiza y que arrancarán mañana. Esta actividad está dirigidas a mujeres jóvenes, de entre 18 y 30 años, que se ven «envueltas en un mar de dudas», que sienten «una insatisfacción a la que no sabes ponerle nombre», que se sienten «solas o que buscan una luz en su vida». «Nosotras hemos estado en esa situación en la que estás tú», dice Nevi, y por eso la comunidad de Armenteira ha decidido «tender la mano» y «ayudar a arrojar un poquito de luz sobre ese batiburrillo emocional que estás viviendo». Oración, silencio y trabajo son los tres pilares sobre los que se pretende crear un entorno propicio «para el encuentro con Cristo».

La hermana Paula, veterana ya en el monasterio, recalca que la intención es ayudar a descubrir vocaciones, que buena falta hacen. Sin embargo, las jornadas vocacionales pueden terminar siendo, simplemente, una oportunidad para que las mujeres que acepten la invitación de las monjas cistercienses se reconcilien consigo mismas. «Se valiente, no tengas miedo, concédete unos días y déjate sorprender por Dios», sugiere la joven novicia en el vídeo promocional. Las jornadas serán «tres días muy intensos en los que tendrás la oportunidad de conocer la vida monástica muy de cerca y de escuchar a Jesús dentro de ti misma», continúan narrando las hermanas a través de las redes sociales.

«Haremos trabajos en el campo, lectura de las Escrituras, un paseo contemplativo, oración litúrgica, habrá tiempo personal y tiempo para compartir», señala la convocatoria. La participación en estas jornadas resultará gratuita, aunque sí se pone una condición: las jóvenes que decidan asistir deberán aportar una PCR negativa. Así lo exigen los tiempos en los que vivimos.

«Es la primera vez que hacemos unas jornadas de este tipo. Solemos llevar a cabo jornadas monásticas, abiertas a hombres y mujeres y sin límite de edad, pero esto es otra cosa», explica la hermana Paula. Una oportunidad, sostiene, de aprender a escuchar «la llamada de Dios».