«Debullando» en el programa largo

R. E. A ILLA / LA VOZ

A ILLA DE AROUSA

CEDIDO

Un mejillonero de A Illa, José Ángel Suárez García, ideó un sistema para desgranar el maíz de forma más cómoda con una lavadora

13 dic 2019 . Actualizado a las 21:06 h.

Dicen quienes lo conocen que José Ángel Suárez García es todo un inventor. Este vecino de A Illa de Arousa, de 59 años, es bateeiro. En su barco, dicen quienes comparten con él profesión, toda la maquinaria ha sido modificada al gusto del patrón, que siempre tiene alguna idea para ganar eficiencia, para ahorrarse trabajos. «Bueno, muller, bueno. Iso non son máis que tonterías, cousiñas que se me ocurren», dice él, restando importancia a las obras fruto de su ingenio. Una de ellas, la lavadora que debulla el maíz, ha adquirido fama estos días. Y eso que el invento lleva desgranando mazorcas desde hace tres años.

José Ángel diseñó ese artilugio para su hija. Ella vive en el corazón de la comarca de O Salnés, «e alí traballan a terra». Desgranar el maíz es una tarea cansada, y el bateeiro isleño decidió buscar la manera de aligerar la carga de trabajos de familia. Así que se fue a Youtube y buscó ideas. Bucea mucho en esa red social. «Ata hai uns anos non tiña Internet, pero dende que a teño miro moito en Youtube, hai moitas cousas interesantes». Allí encontró «unha cousa moi parecida que fixeran nalgún sitio de América Latina cuns bidóns». «Eu pensel que cunha lavadora faría o mesmo efecto, poñéndolle un potenciador», explica. Dicho y hecho. El invento fue diseñado, construido y probado. De hecho, las imágenes del vídeo que lo han hecho famoso son de aquella primera prueba. «Gravámolo para enviarllelo á miña filla e ao meu xenro, para que viran como funcionaba». ¿Y cómo es que ha llegado a las redes tres años después? «Boh. Por un amigo. El tamén ten millo que debullar e facíao a man, e eu díxenlle que tiña iso e mandeille o video para que mirara como era...». Y de ahí, saltó a la red.

Según explica José Benito, desde hace tres años la máquina debulladora ha sufrido ya algunas modificaciones y cambios que han logrado hacerla, aún, más eficiente. El inventor no entra en detalles. Probablemente esa no sea la obra de la que más orgulloso se siente, pese a su eficacia probada. Y es que su ingenio está, ahora, al servicio de sus nietos. «Fágolles cousiñas que vexo por aí, como teño algo de maña...»