O Bicho la vuelve a liar en su regreso a Celso Emilio Ferreiro

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

A ILLA DE AROUSA

CEDIDA

Una vecina tuvo que telefonear a la policía para lograr ahuyentar al individuo, recién liberado de prisión, que aporreaba su puerta

09 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Lleva apenas unos días en la calle, pero en su regreso ya se ha hecho notar. Iván César Dieste, el vecino de Cea conocido por su sobrenombre, O Bicho, se convirtió, en el verano del 2016, en el delincuente más buscado de Vilagarcía. A sus espaldas, la acusación de haber cometido una veintena de robos y asaltos de todo tipo a lo largo y ancho de la comarca, a los que se unían una decena de delitos menores. Tras pasar un año en prisión provisional, el juzgado acaba de decretar su libertad sin fianza a la espera de juicio. Y esta misma semana la policía se ha visto obligada a intervenir para ahuyentarlo de una vivienda del barrio de Celso Emilio Ferreiro, cuya puerta estaba aporreando.

La denuncia partió de una vecina del bloque en el que O Bicho se había introducido, llevado, probablemente, por una confusión. De ahí que la arremetiese a golpes contra la puerta del piso al que creía dirigirse cuando comprobó que nadie atendía sus requerimientos para entrar. La llamada de la aterrada vecina, que pudo reconocer al sujeto, alertó a la Policía Nacional y evitó que la cosa fuese a más.

El barrio vilagarciano contribuyó a forjar la particular leyenda de O Bicho, gracias a la estrepitosa huida que el hombre, de apenas treinta años, protagonizó de tejado en tejado en agosto del 2016. Al verse acorralado, rompió a patadas un portal y subió hasta la azotea, desde donde saltó al inmueble contiguo. Para evitar males mayores, los agentes que iban tras él optaron por esperarlo en el exterior. Dieste, sin embargo, logró escabullirse de madrugada.

La capacidad para dar esquinazo a sus perseguidores es una de las banderas de O Bicho, que en A Illa burló a la Guardia Civil haciéndose pasar por uno de sus hermanos y en O Piñeiriño no dudó en empuñar lo que parecía un arma de fuego para huir, junto a su compinche, de la Policía Local. «Actuaban con gran rapidez, precisión y violencia», señalaron fuentes oficiales tras la detención de ambos, hace un año.