El Concello, la cofradía y las empresas turísticas siguen esperando noticias de la Xunta
22 may 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Verano tras verano, el islote de O Areoso sufre la embestida de un turismo feroz. Todo el mundo quiere conocer el Caribe gallego, todo el mundo quiere hacerse una foto dándose un baño en sus aguas cristalinas, desembarcando en sus playas desde una moto acuática, zambulléndose desde un barco en ese mar transparente. Pero lo cierto es que el paradisíaco Areoso se convierte en los meses de estío en una suerte de playa urbana masificada y agobiante. Cuando esa metamorfosis se produce, se encienden las luces de alarma ante el progresivo deterioro de una isla-duna en peligro de muerte. Y no es una figura literaria: es una advertencia que con toda seriedad han lanzado los científicos que monitorizan todo lo que está pasando en este rincón de la ría de Arousa, rico por su paisaje, rico por el patrimonio que esconde y por la capacidad productiva de sus fondos. Las voces de alarma, los aspavientos de preocupación, sin embargo, desaparecen de la agenda en cuanto se acaba el verano. Por lo menos, así se desprende de la falta de avances en lo que a la redacción del plan de protección de O Areoso se refiere. La concejala de Medio Ambiente de A Illa, Gabrielle Frein Von Hundelshausen, no oculta su malestar por el bloqueo de una cuestión vital para mantener la integridad del islote. Recuerda que desde el Concello, desde los sectores turísticos de la localidad, desde la cofradía, se han hecho aportaciones para el plan de gestión de este espacio. Sin embargo, la Consellería de Medio Ambiente, tras recoger todas esas propuestas, no ha vuelto a dar señales de vida. A preguntas de La Voz de Galicia, desde este departamento señalan que «na actualidade, estase traballando na redacción do plan de xestión, despois de escoitar ás persoas e entidades que están no territorio. A medida que se acaden avances, estes serán trasladados para sometelos á consideración». Dada la lentitud con la que se está desarrollando este trabajo, haría falta un milagro para que el documento esté listo para este verano. Un estío más, O Areoso parece condenado a sufrir el angustioso peso de un turismo de masas para el que no está preparado.
