Deo Agra, 96 años de plenitud

José Luis Teófilo OBITUARIO

AROUSA

21 may 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace unos días, y con toda la lucidez, dejaba este mundo Amadeo Agra Rodríguez, un vilagarciano convencido y comprometido, que pasó por la vida haciendo el bien a propios, próximos y desconocidos, sin hacer ruido, sin dejarse ver, de la misma manera que se fue, de puntillas, como se van los grandes.

Deo, como todos lo conocíamos, vivió casi un siglo contemplando todos los cambios que se fueron produciendo en el mundo con el paso de los años; una guerra civil, la posguerra, una guerra mundial, el franquismo, los bloqueos de España, la transición, los convulsos años 80, la entrada de España en la OTAN, en la CEE, el cambio de moneda, las crisis económicas, la revolución tecnológica, una pandemia y hasta una guerra que amenaza con ser la tercera mundial.

A los que tuvimos la suerte de conocerlo, nos hizo la vida más fácil y feliz. Su conversación era siempre agradable y amena, de memoria prodigiosa, sus recuerdos y anécdotas relacionadas con nuestra villa marinera, hoy convertida en ciudad, parecían salidos del mejor libro de relatos, hablaban sus ojos, los gestos, el niño que llevaba dentro. Su oratoria era intensa, enérgica y llena de vigor.

La escritora británica Agatha Christie decía que dejas en este mundo lo que das. Deo nos ha dado infinitos besos, montañas de afectos, océanos de cariños, comprensión, entrega, sonrisas y carcajadas, emociones a raudales. Cada vez que te veía sus lágrimas se acercaban al precipicio de sus ojos, pero por encima de todo nos ha dado y dejado mucho amor.

Una vida larga, plena y feliz

Una vida larga, plena y feliz con buenos y malos momentos como los de cualquier ser humano, nunca una mala acción o palabra, un legado lleno de virtudes y sin duda, una estela imborrable e inolvidable.

Los tuyos, querido Deo, te estarán esperando, tus padres, Manolo y Maruja, tus hermanos Cochecho y Maruxiña, con los que volverás a recorrer las calles de aquella Vilagarcía encantada de la que tanto me hablaste, la jaula de oro y brillantes, como la definió Espresati, la más granada del turismo en el norte peninsular con Santander y San Sebastián, como me recordó un día don Gonzalo Torrente Ballester, la Vilagarcía de los privilegiados como dijo Manuel Villaronga, el lugar donde nacimos, crecimos y aprendimos.

Estoy seguro de que Loliña, tu mujer, de la que no te separaste hasta el último aliento de su vida, te recibirá con los brazos abiertos y tus primos, perdón tus otros hermanos, Juan José, Maruxiña la de Quelo, Erundina, Pepiño, José María, Gelina y Manolo, saldrán a tu encuentro para acogerte con besos y abrazos sentidos a los que nos teníais acostumbrados, porque de todos vosotros hemos aprendido el verdadero valor de la familia. Estoy seguro que volveréis a reuniros alrededor de una mesa como tantas veces, a reíros y a disfrutar, a recordar la carnicería de vuestros padres, aquel negocio de lavandería, hoy más en auge que nunca, visionarios aunque eran otros tiempos, vosotros fuisteis los primeros, hace ya 60 años. Si te encuentras con Díaz Castro, aquel profesor de León XIII que compartió habitación con Cochecho y contigo, no te olvides de decirle que tus sobrinos Maruxa y Teo editaron su biografía en el año que le dedicaron el día de las Letras Gallegas.

En mi memoria hasta el final

Gracias por acogerme como un sobrino más, por recibirme siempre en tu casa con una sonrisa y abrazos infinitos. Vivirás en mi memoria hasta el final. Me quedo Tío Deo con lo que me dijiste hace unos meses y que hoy me sigue emocionando: «Yo te quiero mucho Teo. Seguiré esperando tu llamada cada cumpleaños y cada 18 de diciembre en nuestro aniversario, que nos recuerda que hemos tenido los mejores padrinos del mundo».

Cada vez que se va un mayor, se va con él un poco de nuestra historia, de nuestra vida, un pedazo de nosotros mismos. De los Rodríguez, aun podemos disfrutar del cariño de nuestra querida Marilú y espero que sea por mucho tiempo.

Después de darlo todo y en justa correspondencia deseo que te abran todas las puertas y que te reserven ese pedazo de cielo, que te quiten el miedo y que los ángeles de la guarda te den señales de vida, para nosotros sería más llevadero, más confortable seguir compartiendo contigo todos nuestros sueños.

Hasta siempre, hasta vernos, yo también te quiero