Papá Noel pedalea en Vilagarcía por Navidad

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

Santa Claus llegó en bicicleta al encendido del alumbrado en la plaza de Galicia

27 nov 2021 . Actualizado a las 21:44 h.

Parece mentira lo que la publicidad incipiente que una cierta marca de zarzaparrilla explotó hace exactamente ochenta años y el mecanismo de inmersión cultural más poderoso del siglo XX han conseguido. A estas alturas, ni los ornitorrincos de las pozas más remotas del este australiano, a punto de inaugurar su verano, el austral, imaginarían una Navidad que no estuviese protagonizada por un orondo individuo barbado, tocado con su gorro encarnado, y un buen árbol preñado de luces. Tampoco es cuestión de ponerse estupendos, y Vilagarcía, al menos, posee desde el año pasado su propio personaje navideño. Rodelfo, un elfo, claro, se encargó ayer, a eso de las seis y media, de enganchar al público infantil al encendido del alumbrado festivo.

Con la plaza de Galicia repleta de familias, y muchos pequeñajos a hombros de sus madres, padres, tíos y amigos, el amigo Rodelfo se las ingenió para entretener al respetable, algo nada fácil cuando el frío aprieta. Contó, en su encomienda, con el inestimable apoyo de la banda de música, que interpretó varios clásicos navideños, entonados algunos de ellos por el propio elfo vilagarciano y sus acompañantes, que le dieron un toque personal a tonadas de sobra conocidas. En esto, surgió de la bruma una pequeña comitiva en bicicleta. Eran Papá Noel y sus duendes, que no dudaron en alcanzar pedaleando el escenario de la plaza de Galicia, en vísperas de un año nuevo en el que las dos ruedas tendrán mucho que decir en la capital arousana. Allá arriba estaba ya el alcalde, Alberto Varela, que demostró maneras con la chavalada, y entre unos y otros oprimieron el botón que encendió, sin fallo, esa abstracción de abeto que encarna el cono de luces de veinte metros de altura, dispuesto a presidir las fiestas hasta bien entrado enero.

Las pomas de jabón de Burbullas Máxicas habían ya atrapado la atención infantil, demostrando que la ilusión se alimenta de lo más sencillo. En Vilagarcía, en definitiva, hay ganas de Navidad. Si acaso, pedirles a los Reyes un micro más potente para que el bueno de Noel se haga oír.