A Toxa acuña el botellón VIP

Rosa Estévez
rosa estévez O GROVE / LA VOZ

AROUSA

La policía local frustró a comienzos de agosto un encuentro en el campo de tiro al pichón en el que los jóvenes participantes ocupaban cómodas sillas y bebían en copas de cristal

04 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace unos días, el alcalde de O Grove, José Cacabelos, advertía de que la isla de A Toxa se había convertido uno de los puntos más conflictivos, desde el punto de vista de las noches de fiesta, durante el verano que agoniza. Esa impresión la comparte la policía local, que circunscribe a la isla la celebración de botellones durante la temporada estival y la comisión de actos vandálicos que trajeron por la calle de la amargura a comerciantes afincados tanto en la aldea comercial como en el vecino recinto de O Redondo.

El problema ha sido recurrente en los meses de verano, pero podría haber sido aún más intenso si durante los fines de semana no hubiese guardia nocturna. Precisamente, un operativo policial desplegado al comenzar el mes de agosto consiguió eliminar la zona del campo de tiro al pichón, en las inmediaciones del palacio de Congresos de la isla, como punto habitual para la celebración de botellones. Una noche, a comienzos del mes, la patrulla que estaba de guardia se acercó hasta el lugar, provocando la salida en desbandada de los participantes en la fiesta que allí se estaba celebrando. Atrás dejaron ropa, bolsos, carteras, documentación e incluso teléfonos móviles de alta gama.

Cuando llegaron al lugar en el que se celebraba la fiesta, los agentes se encontraron con los restos de lo que había sido un botellón VIP. Las bebidas, sacadas de un buen botellero, habían sido dispuestas sobre un murete. A su alrededor se habían instalado varias sillas plegables dotadas de un bolsillo especial empleado, en este caso, para apoyar las consumiciones. Estas se bebían en vasos y en copas balón, de cristal.

Los agentes recogieron todo ese material, vaciaron las botellas y no dudaron en que pronto tendrían identificados a, al menos, parte de los asistentes al botellón. Efectivamente, cinco personas fueron relacionadas con el mismo en cuestión de horas. Tras aquella noche de viernes, el viejo campo de tiro al pichón no volvió a ser utilizado como espacio para celebrar reuniones clandestinas.

Eso no significa que estas no hayan seguido produciéndose en otros rincones de la isla: hay constancia de la celebración de botellones y hay, también, menores identificados por participar en los mismos.