Los cuatro deberes de Vilagarcía para el Gobierno central

Serxio González Souto
SERXIO GONZÁLEZ VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

MARTINA MISER

Entre las asignaturas pendientes figuran el paseo a Carril, el cuartel de la Guardia Civil, la intermodalidad o el solar de Comandancia

05 dic 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Mientras las legislaturas se suceden a velocidad de crucero, en el cajón de los proyectos pendientes dormitan un puñado de intervenciones que la capital arousana reclama desde hace tiempo al Gobierno central. En su mayor parte, se remontan a la estancia del popular Mariano Rajoy en la Moncloa. Al político de la gaviota se deben, de hecho, los últimos presupuestos generales del Estado aprobados en las Cortes, allá por el primer semestre del 2018, poco antes de la moción de censura. Ya entonces, Alberto Varela, el alcalde de Vilagarcía, se preguntaba dónde estaban en las cuentas actuaciones como el nuevo cuartel de la Guardia Civil o la segunda fase de la regeneración del paseo marítimo a Carril. Ahora que el PSOE y Unidas Podemos trabajan en una alianza que permita la investidura de Pedro Sánchez, no es mal momento para recordar las asignaturas pendientes de aprobación.

De las maltrechas instalaciones de la Guardia Civil se habló en Vilagarcía durante la campaña de las generales de abril. La cabeza de lista del PSdeG al Congreso por Pontevedra, Olga Alonso, visitaba la ciudad junto al aspirante al Senado, Modesto Pose. Se anunció, entonces, que en el inminente plan de infraestructuras que el Ejecutivo de Sánchez había aprobado en enero figuraban 2,8 millones de euros para la construcción del cuartel junto al colegio de O Piñeiriño. La parcela fue cedida por el Concello al Ministerio de Interior hace nada menos que diez años.

Alrededor de un año antes, en marzo del 2018, con el PP todavía al mando, concluía el primer tramo de la rehabilitación del paseo que une el centro de Vilagarcía con Carril. Su firme de hormigón ha mejorado extraordinariamente la seguridad de sus muchos usuarios. Pero, sin su segunda fase, la actuación sigue coja. Aquellas últimas cuentas de Rajoy no incluían ninguna partida concreta, aunque cabe pensar que Costas lo sufragaría a cuenta de algún apartado genérico.

La fusión de la estación de autobuses con la del ferrocarril implica, por su parte, tanto a la Administración central como a la Xunta. La idea de ceder al Concello una parcela del amplio terreno ferroviario que rodea la estación para acometer el proyecto no se veía mal en Madrid en tiempos de Rajoy, así que es de suponer que el equipo socialista lo asumirá con mejor talante, incluso. Ya puestos, no estaría mal que se concretase la parada directa del tren hacia la capital, cuyo estudio confirmó a Alberto Varela el propio Ábalos, ministro del ramo, ahora en funciones.