Castroagudín y el efecto Ohio

AROUSA

MARTINA MISER

Pedro Sánchez no podrá volver en campaña a la aldea de Vilagarcía, que se ha quedado sin mesa electoral

03 nov 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Corría el año 2016 y Pedro Sánchez estaba en su primera Resurrección, y ya lleva alguna más desde entonces. De gira por Galicia, alguien decide que estaría bien darse una vuelta por el rural gallego. ¿A dónde vamos? Vaya usted a saber por qué todo acaba en Castroagudín un día de calor. Para que lo entiendan, la comitiva que acompaña a un candidato a la presidencia de un partido como el PSOE es cualquier cosa menos modesta. Y tienen sus horarios, claro. Así que imaginen las caras cuando les dicen que hemos pensado que el mejor lugar para tomar un vermú es una aldea de Vilagarcía. A fin de cuentas, el alcalde es un JASP y de los nuestros. Y allá se fueron. Y se encontraron con Satiro. Vamos a explicar esto. Aquí no se da puntada sin hilo. Todo se organiza para que los paseos y las fotos sean con los nuestros. Aún se recuerda un paseo por la plaza de Vilagarcía en la que la parada de cierto gerifalte fue en el lugar que no convenía y la cosa acabó con todo el mundo colorado y una buena reprimenda. Pero regresemos a Satiro. El hombre estaba preparado. Tanto y tan ilusionado que prometió comerse una gallina en honor de Pedro Sánchez. A este le salió una vena animalista y pidió el indulto del animal, que en aquel momento consiguió. Vaya usted a saber si aquella gallina seguirá viva. Lo que sí parece claro es que Pedro Sánchez no regresará allí en esta campaña. Y no porque no le hubiera gustado el lugar, que hasta de su fuente bebió, sino porque sus vecinos no podrán votar, porque no tendrán mesa electoral dentro de siete días. Eso es terrible. Castroagudín es el Ohio de Vilagarcía. Ese lugar en el que en las pasadas municipales el PSOE arrasó y Vilagarcía En Común y Marea da Vila empataron a un voto cada uno. Empate a uno. Con eso David Vidal te monta un ascenso. No se veía nada igual desde que cierto exconcejal que apoyaba a una formación política para unas autonómicas no consiguió ni un sufragio en la mesa en la que él votaba. No se votó ni a sí mismo. Un drama, pero menor que el que estamos a punto de vivir. Ya no tendremos nuestro Ohio. Ese lugar que vaticina los resultados. Ni siquiera tendremos a Pedro Sánchez. Ganan las gallinas. O no. Depende.