Julio Torrado: «Hay que pactar más y aplaudir menos»

Antonio Garrido Viñas
antonio garrido VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

MARTINA MISER

Psicólogo y ajedrecista es ya una de las voces con peso en su partido pese a que aún no llegó a los cuarenta

23 jun 2019 . Actualizado a las 21:27 h.

Es joven, pero lleva toda la vida en esto de la política porque se afilió al PSOE con 18 años. De ahí que desprenda una enorme seguridad en lo que dice. Esa seguridad, esa rapidez para aprender a moverse con solvencia en el difícil tablero de la política, le valió para saber aguantar cuando su posición no estaba muy bien defendida, y, a estas alturas, parece que ya domina la partida. Julio Torrado (Vilagarcía, 1982) es Doctor en Psicología Social por la Universidad de Santiago y, también, muy buen ajedrecista. Una combinación ideal para navegar en esas procelosas aguas.

«En mi año de COU hubo mucha movida en mi instituto, que derivó en un cambio en la dirección. Ahí fue cuando me di cuenta de que tiene sentido movilizarse y eso, sumado a que tienes 18 años y crees que el mundo se te va a quedar pequeño, hizo que me afiliara», explica. En realidad, tiene raíces socialistas en su familia, pero asegura que nunca hicieron proselitismo. «Mi abuelo fue fundador y presidente de la agrupación de Vilagarcía. Cuando me afilié era necesario tener dos avales y me dijo que él no me firmaba. Que le parecía muy bien, pero que me lo buscara. Probablemente para intentar evitar que pareciese que mi llegada al partido era cosa suya», recuerda.

El impulso de Lino Mouriño

La llegada a la dirección local de Lino Mouriño -con quien tiene una gran amistad- es una de las claves que explican el progresivo protagonismo que Torrado fue ganando. «Él se preocupaba mucho de alguna gente, no sé muy bien por qué, y aunque no tuviéramos mucha actividad me preguntaba cómo me iba y hablaba conmigo. Poco a poco fue haciéndome más partícipe», dice. En el 2007 fue cuando realmente dio el paso y a partir de ahí todo se aceleró.

Ya con el carné, y también con voz importante en la toma de decisiones, faltaba un último paso: aparecer en alguna candidatura. No en una lista municipal, pero surgió otra opción. «Fue en el 2012, en una situación muy desagradable para la agrupación. Modesto (Pose) tenía el apoyo de toda la agrupación de Vilagarcía y de buena parte de la provincia y debería haber repetido en la candidatura autonómica, pero Pachi Vázquez, hoy fuera del PSOE y defenestrado por los ciudadanos allá donde se presentó, dirigía el partido y utilizó sus herramientas para vetar a Modesto. En aquel momento la única opción que se planteó a Vilagarcía fue que lo sustituyera por otra persona. Yo era una de las posibilidades y a Modesto le pareció bien. Después, nos encontramos con que el veto era permanente», dice.

Torrado comparte la sensación de buena parte de la ciudadanía de que, en demasiadas ocasiones, los partidos políticos están más ocupados en sus cuitas internas que en lo que deberían estar. «Hace seis años, más o menos, uno de los partidos más valorados en España era UPyD y Podemos no existía institucionalmente. Ya ha dado tiempo a que UPyD desaparezca y a que Podemos suba, baje, vuelva a subir y vuelva a bajar, a que aparezca el fenómeno Ciudadanos, a que la gente se haya defraudado con Ciudadanos, a que el PP haya pasado de un dominio absoluto a una crisis absoluta, a que de nosotros se hubiera dicho que íbamos a desaparecer y ahora gobernemos... es todo muy volátil y como somos miles de personas en los partidos aparecen situaciones complicadas que no se gestionan del todo bien y eso provoca tensiones. ¿Que se trasladan demasiado? Sí. Se utiliza muy mal la voz pública y eso es un error al que le veo difícil solución». Y que crece con las redes sociales. «Cualquiera puede decir cualquier cosa y ser escuchado por mucha gente y eso debe ser bien usado», resume.

Hace tres años surgió la posibilidad de que representara a la comarca de O Salnés en la candidatura para las Autonómicas «y era imposible decir que no». Y ahí vivió otro cambio en el partido. «En 2016 Xaquín (Leiceaga) se presentó como candidato y Gonzalo (Caballero) también, aunque terminó por entender que Xaquín tenía más apoyos, pero ambos muchas coincidencias y optaron por acordar. Y eso está bien porque en política hay que pactar más y aplaudir menos. Tiempo después ocurrió el fenómeno inverso y Xaquín lo entendió e hizo el mismo gesto. La convivencia entre ambos es muy natural», explica Torrado. Él fue uno de los que avaló a Caballero cuando se presentó contra Pachi Vázquez. Gonzalo no logró reunir entonces los avales suficientes, pero una de las claves en el ajedrez es analizar lo que puede suceder con varios movimientos de antelación.