Javier Pombo gestiona desde Vilagarcía una empresa de expediciones muy poco convencionales
16 abr 2019 . Actualizado a las 16:55 h.
James Bird tiene barba poblada, peinada a la moda de algún año del siglo XIX. Tiene, también, una mirada serena, perdida en el horizonte que ante él marca el río de O Con. James Bird es un aventurero de novela, un personaje inventado a imagen y semejanza de la empresa que Javier Álvarez Pombo ha puesto en marcha para conquistar, desde Vilagarcía, la cara oculta de la Tierra. «Cuando iba a poner en marcha la empresa, quería buscarle un nombre a lo Thomas Cook. Un nombre que suene a aventura y que nos permita diferenciarnos un poco. Así que hice una traducción un poco a la ligera de mi nombre, y como logo escogimos el rostro de un posible aventurero», cuenta Pombo.
El nombre fue elegido cuando este vilagarciano errante, condenado por razones de trabajo a vivir aquí y allá, decidió que había llegado la hora volver a casa, de asentarse, de recuperar su raíces. «Decidí probar suerte». Lo que le habría gustado hacer, confiesa, era poner en marcha un hotel en este pequeño Edén que es Arousa. «Pero no tenía el dinero, para eso hace falta mucho». Así que, aparcada temporalmente esa idea, decidió embarcarse en una empresa compleja, encargada de diseñar viajes diferentes y de venderlos a las agencias y los operadores, ya como un producto terminado. «Quiero abrirme hueco como mayorista», dice. Así, James Bird fue alumbrado a la vuelta de la última estancia de Pombo en Cuba. «Llegaba de allí con un montón de contactos y con los deberes hechos. Así que decidimos empezar por ahí, por el destino Cuba. ¿Por qué no? Cuba es una gran receptora de turistas, pero sigue siendo una gran desconocida, hay muchas partes del país que aún están por descubrir», relata.
La isla del Caribe se ha convertido en su principal plataforma de trabajo. La empresa vilagarciana, explica Pombo, mantiene una estrecha colaboración con el Gobierno cubano para difundir muchos recursos ocultos del país caribeño. Porque la isla es mucho más que La Habana y Varadero. Y hasta esos dos lugares, aparentemente tan manidos por el turismo, admiten recorridos paralelos, alternativos, diferentes. Así, James Bird ofrece la posibilidad de recorrer la isla entera en caravana o en Harley Davidson. O se muestra dispuesto a acompañarnos a Cayo Levisa, una alternativa de playa y sol menos masificada que Varadero. Con Bird podremos visitar la casa de la familia de Fidel Castro, o sumergirnos durante una jornada de trabajo duro en una plantación de cacao.