Las calles de Vilagarcía se preparan para recibir un tsunami de obras

s. gonzález / a. garrido VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

cedida

Las inversiones a ejecutar en los próximos meses superan los dos millones de euros

17 ene 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Vilagarcía se asoma a un final de invierno y a una primavera muy calientes por lo que respecta a la intervención sobre sus espacios públicos. Una nómina de catorce intervenciones, distribuidas entre el centro de la ciudad, los núcleos de Vilaxoán y Carril, y el entorno rural del municipio, se iniciarán durante los próximos meses, para poner en marcha una serie de inversiones que, juntas, superan los dos millones de euros, Algunas de ellas ya han comenzado, como la humanización de la plaza de A Liberdade o la sustitución de las barandillas del paseo del río de O Con. Pero la mayoría todavía aguardan el momento de que la piqueta entre en funcionamiento. Es inminente, por ejemplo, el arranque de las obras de reforma de la calle Cervantes, en su día la principal de las vías de Carril. Y está en marcha, también, la licitación del proyecto que mejorará la calle Vázquez Leis, en Vilaxoán.

La primera fase de la intervención sobre la avenida de Matosinhos, uno de los entornos urbanos más descuidados durante las últimas décadas, todavía no ha concluido, pero las obras engancharán con el segundo tramo de los trabajos, que se encuentra en trámite de adjudicación. Al igual que la mejora de la accesibilidad al barrio de Os Duráns. Este particular tsunami reserva un espacio para la mejora de farolas y semáforos en todo el municipio, el suministro de luminarias led para el alumbrado público en los caminos y núcleos rurales o la mejora e impulsión de las aguas residuales en la calle Sobreiral, en la parroquia de Cea.

De todas estas intervenciones, es probable que la única que esté concluida en mayo, cuando los vilagarcianos sean convocados a las urnas, sea la primera fase de Matosinhos. La de la plaza de la Independencia, que se inició en diciembre y cuyo plazo de ejecución es de seis meses, tendrá que estar registrando, entonces, sus últimos compases. El resto apuntan al verano.