El Arousa afronta un duelo que debe mantener sus esperanzas

Antonio Garrido Viñas
antonio garrido VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

MARTINA MISER

Los vilagarcianos no pueden pinchar ante el Vilalbés si quieren seguir arriba

16 dic 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Está el Arousa en la encrucijada. En el alambre que dirían algunos. Los arlequinados caminan sin red porque los grandes de la competición no fallan, o fallan menos que en anteriores campañas, y no es fácil codearse con la zona noble. Hablando en plata: a los de Rafa Sáez no se les puede escapar la victoria en el encuentro de esta tarde (17.00) de A Lomba ante el Vilalbés. Es uno de esos partidos que los favoritos no perdonan. Un duelo que enfrenta a los de Rafa Sáez contra una de las escuadras que no lo están pasando bien en la competición. Y no lo están pasando bien de manera sorprendente porque el cuadro lucense es probable que no se esperara encontrarse a estas alturas dela temporada en el lugar tan delicado en el que se encuentra en la tabla, antepenúltimo con solamente 14 puntos y con el déficit de su pobre bagaje realizador.

El Arousa comparece en A Lomba tras su dicotímico partido en A Laracha. Una parte mala de juego arlequinado y otra en la que las cosas mejoraron. En realidad, parece estar más o menos claro a estas alturas que la suerte del conjunto vilagarciano depende de la inspiración y el buen estado físico de esos locos bajitos que se encargan de ponerles balones a Sylla para que el delantero sentencie.

Los bajitos

Más allá del estado del terreno de juego, que seguro que estará pesado, muchas de las cosas buenas que pueden suceder durante el encuentro para el Arousa llegan de la mano de que Julio Rey esté recuperado de su esguince de tobillo o de que Luis García se sienta cómodo y pueda conectar de forma fluida con sus compañeros de vanguardia. Así se gestaron los primeros puntos, cuando todo eran felicidad y victorias en la casa arlequinada, y así debe seguir para mantener las opciones de clasificarse entre los cuatro primeros de la tabla.

Se argumentará desde el vestuario, probablemente, que falta todavía mucho para comenzar a preocuparse, pero los tópicos no son buenos compañeros de viaje y está comprobado que es mucho más positivo recibir a Papa Noel de buen humor que con el ánimo por los suelos.