El escalafón maldito del personal sanitario

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

MONICA IRAGO

Las llaman minutos antes, engatillan contratos de cuatro horas y las penalizan si dicen que no; son enfermeras eventuales

08 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Nunca, en los 18 años transcurridos desde que abrió sus puertas, ha flaqueado el personal del Hospital do Salnés por lo que respecta al trato que dispensa a sus pacientes. Claro que hubo, hay y habrá problemas puntuales, trabajos bien y mal hechos, mejores y peores caras, como en cualquier otra parte. Pero, en general, la opinión que destila la ciudadanía de la comarca acerca de los profesionales que cuidan de su salud es muy positiva. Nadie diría que bajo esos uniformes profilácticos, que los igualan en color verde y blanco, habitan trabajadores de primera y de segunda categoría. Tal vez de tercera. Esta semana han quedado de manifiesto los problemas del área de enfermería y las dificultades que el Servizo Galego de Saúde (Sergas) está encontrando a la hora de cerrar contrataciones para hacer frente a los picos de ocupación. Así que nos hemos ido, directamente, a hablar con las protagonistas de esta situación, la gente que vive pendiente de una lista de sustituciones. Son las enfermeras eventuales y lo que nos han contado es preocupante y altamente depresivo.

«Llevo unos cuantos años trabajando aquí y el contrato más largo que me han hecho es de mes y medio». Lo confiesa una mujer de mediana edad, una veterana. «Bueno, eso de veterana es un decir, porque lo eres cuando les conviene y dejas de serlo cuando no les conviene». Junto a ella, otra mujer, más joven. Ella ha tenido más suerte. Ha llegado a estar contratada un año y medio sin interrupción, el máximo que, aseguran, permite la cobertura de una baja. «Pero no creas -añade- que esto es lo normal, porque abusan de los acúmulos y es fácil que te cojan para tan solo cuatro horas». Quienes están en su situación se distribuyen en dos listas, a la espera de que el Sergas las llame. Una es la general. La otra, denominada pool, debería utilizarse para contratos no programados y urgentes, que requieren una incorporación inmediata y tener el teléfono pegado a la oreja las 24 horas del día. Uno de los problemas reside en que este segundo grupo, el pool, está prácticamente vacío. Las malas condiciones han ahuyentado a las enfermeras eventuales. «Si te llaman tres veces y no contestas pasas al final de la lista un año, o tienes días de penalización sin contrato; a todas nos ha pasado», indica una tercera profesional. «Se han dado casos de estar tú misma en el médico con un familiar y que te penalicen por no acudir a la llamada». Los testimonios se multiplican y dibujan un panorama realmente devastador: «Incluso si te encuentras mal no sirve con entregar un parte médico días después, tienes que incorporarte al puesto de trabajo y, una vez allí, ir a urgencias para poder demostrar que estás enferma».

Dos listas, una confusión

Teóricamente el pool beneficia a quienes se adscriben a él, porque eleva su puntuación a la hora de que el Sergas las tenga en cuenta. Pero, aseguran las enfermeras, no hay quien aguante semejantes condiciones. «Lo malo es que siguen necesitando gente para incorporaciones inmediatas, así que están utilizando la lista general como si fuese el pool». «Te pueden llamar incluso cinco minutos antes de incorporarte, una vez trabajando puedes haberte sumado a cirugía, pero te pueden mandar a planta, a urgencias, a cualquier sitio. Hay ocasiones en las que en un solo turno te has recorrido prácticamente todas las áreas del hospital».

No es un mal momento para recuperar el concepto del acúmulo. Si las cosas funcionasen bien en todos los ámbitos, lo normal sería que la baja de un funcionario fuese cubierta, en las mismas condiciones y durante el tiempo necesario para su recuperación, por una misma persona. «Sin embargo no es así -señala otra veterana enfermera- porque muchas veces lo que se hace es acumular contratos de día tras día, y cambiar de persona cuando les parece». Faltan, aseguran las enfermeras eventuales, criterios transparentes a la hora de elegir cuándo, quién y cómo. Independientemente de la alta volatilidad laboral, otro de los problemas de los acúmulos, para quien los encadena, es que tienen un tope: «Seis meses al año; quién puede organizar así su vida».

«Si hubiese sabido que esto iba a ser así habría estudiado cualquier otra cosa menos enfermería»

«Hay días en

los que en un

solo turno te has recorrido todas las áreas del hospital»