Los hermanos galácticos que la armaron en Madrid

María Hermida
maría hermida PONTEVEDRA / AGENCIA

AROUSA

emilio moldes

Llevan años caracterizándose de personajes de Star Wars; en su estreno los confundieron con los Tedax

21 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Iván y Santiago Rodríguez Arós, hermanos, pontevedreses y barbudos, llevan una doble vida. Tal cual. Habitualmente, Iván es artista digital. Trabaja para la Universidade de Vigo en algo tan creativo como hacer animaciones 3D sobre vertidos marinos o sobre especies invasoras para que luego formen parte de estudios y documentales. Santiago, mientras tanto, es farmacéutico. Despacha medicinas con pasión de viejo boticario en la calle Herreros. Ambos parecen felices con sus ocupaciones. El primero dice que lo peor es el asunto financiero, pero que va tirando. El segundo habla con sonrisa sobre los clientes de la botica, sobre los consejos a las personas mayores y sobre el buen equipo que forma el personal en su dispensario. Pero eso no quita de que lleven una doble vida. Cuando la fuerza los acompaña, ellos se convierten en dos seres galácticos. Resulta que forman parte de la Tropa Kórriban, la asociación gallega de La guerra de las galaxias, así que Santiago se enfunda el traje y se convierte en Darth Vader. Mientras que Iván hace lo propio y se vuelve todo un cañonero de la Estrella de la Muerte. Desfilan así allí donde los llaman. Como van como la tropa que son y ya se espera su llegada, aunque tienen cientos de fans, no generan el infarto colectivo. Pero esto, como contaban ayer, no siempre fue exactamente así. Llegaron, como popularmente se diría, a liarla parda. Ocurrió en Madrid.

Cuentan Santiago e Iván que ellos son los pequeños de un cuarteto de hermanos, todos chicos, locos desde niños por La guerra de las galaxias. Sus padres debían respirar tranquilos cuando la banda sonora de la saga de George Lucas empezaba a sonar en la pequeña pantalla. Porque entonces se acababan las peleas fraternales y aquellos cuatro niños de los ochenta que eran los Rodríguez Arós se sentaban juntos a disfrutar de las películas. De ver los filmes pasaron a coleccionar cosas, a leer sobre la saga... Y el día que Santiago cobró su primer sueldo de farmacéutico decidió dar el salto: se compró el traje de Darth Vader y se convirtió en el malo de la película. Su hermano Iván apostó por un personaje mucho menos conocido, pero con el que se identificaba, el cañonero de la Estrella de la Muerte. Y también se hizo con el atuendo. Vaya que sí.

 

. El caso es que, ni cortos ni perezosos, salieron ellos dos del hotel caracterizados y con las máscaras puestas. ¡La que se armó! ETA todavía estaba entonces activa. Así que en cuanto pusieron un pie en la calle oyeron a una señora correr mientras gritaba: «¡Son los Tedax, debió de haber un atentado!». Fue en ese momento, recuerda Iván, cuando se dieron cuenta de lo que suponía su atuendo: «Empezamos a alucinar bastante», dice. Y eso solamente fue el inicio. A partir de ahí, conforme intentaban avanzar por las avenidas madrileñas, un aluvión de personas les paraba y les pedía autógrafos y fotos. Eran, así vestidos, unos ídolos.

Quizá porque se dieron cuenta de que es mejor llevar la fama en compañía, enseguida se sumaron a la Tropa Kórriban, y empezaron a lucir sus trajes en desfiles ya planificados. Lo que más les gusta a ellos no es siquiera desfilar. Están encantados con las actividades benéficas que hace la tropa. Por ejemplo, las visitas a niños enfermos en los hospitales o la participación en actos que recaudan fondos para causas solidarias. Llevan firmados un buen número de autógrafos -sobre todo Darth Vader- y se han fotografiado con muchos fans. Sin embargo, les sigue sorprendiendo que se los pidan: «Hace poco un niño vino corriendo a abrazarme y no dejaba de decir que estaba junto a Darth Vader y de pedirme un autógrafo. Yo quería explicarle que en realidad esto solamente es una caracterización, que yo no soy el de verdad... pero ya no me escuchaba. Al final le firmé como Darth Vader», dice un risueño Santiago.

Se le pregunta si, en realidad, es malo como Darth Vader, y niega la mayor. También su hermano indica que Santiago, de malo, tiene poco. Ambos parecen admirarse. Santiago, por ejemplo, cuenta que Iván es todo un artista que, además de su trabajo, ha sacado de su imaginación a Petitrol, un pajarraco que protagoniza viñetas en las redes sociales y que canta muchas verdades. Iván, por su parte, narra a qué se dedica Santiago más allá de la farmacia y Star Wars: «Que te cuente que tiene un grupo de música», dice. Y Santiago lo cuenta. Hablan de música y vuelve a florecer otro tema que les une; son apasionados del heavy y es habitual que se vayan de conciertos, incluso hasta Alemania. Trabajo en la farmacia o en la universidad, conciertos, desfiles con la tropa Kórriban... La vida en el lado oscuro es frenética.