stamos en un momento de transformación, de revolución de conceptos que definen realidades y que están cambiando de significado. Los turistas están dando paso a los viajeros cada vez más exigentes que necesitan vivir lugares que despierten sus emociones; sentir la autenticidad explorando el territorio e interaccionando con la población local. Es la nueva clase media del low cost de la generación de los Millennials y Generación Z con otras prioridades en su vida. Los destinos y todos sus agentes, deberán reorientarse y buscar una planificación turística (imprescindible) que ponga en valor los recursos turísticos de ese territorio buscando la autenticidad, favoreciendo un desarrollo sostenible (económico, social y medio ambiental) en el que todos los agentes ganen. Y teniendo en cuenta, siempre, a la población local que debe sentirse integrada y apoyar ese modelo turístico. Se deben definir nuevos modelos de gestión turística que inciten al viajero a conectar con el lugar cuando llega, que emocionen y despierten sus sentidos. Con esa política turística, se conseguiría atraer un turismo de calidad: entendida como respeto al medio ambiente, integración con el lugar, sostenibilidad? Este nuevo viajero no solamente hablará positivamente del destino en los medios sociales, será un prescriptor y embajador de nuestro destino porque cree en él. Ya no hablamos del sector turístico, sino que debemos hablar de nuevos modelos de la economía del turismo. Construyamos, entre todos, esa nueva realidad turística.