Descendiente de los emblemáticos fotógrafos Barreiro, él saca entre 700 y 1.500 imágenes de cada viaje que hace y luego las incluye en unos laboriosos cuadernos
Su hogar, la conocida como Casa das Caras, es una caja de sorpresas. Uno mira a un lado y topa el baúl con el que el abuelo de Enrique viajó a México. Mira a otro y descubre el viejo cinematógrafo de su padre
SUS COLORIDOS CUADERNOS
Las de la imagen son las guías de viaje que confecciona Enrique. Cada vez que viaja, aunque sea a sitios en los que estuvo, conoce «con los pies» la ciudad y se la trae a casa en forma de fotografías. Luego, las documenta con entrañables textos e incluye detalles, como croquis de los lugares donde se alojó. «Esto último es defecto profesional», señala. Tiene guías de todo el mundo. Se las piden sus amigos para viajar.