Cuando se vio en el paro tras diez años trabajando, se hizo autónoma. «Hay que reinventarse», se dijo
24 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Marcela ha dado el paso que el 99% de los padres no nos atrevemos a dar. Esta uruguaya de nacimiento, de padre vilaxoanés y madre argentina, decidió agarrarse a ese trapecio sin red que es presidir un AMPA. Es probable que a día de hoy no lo hubiera hecho en caso de repetirse la situación. Pero también es seguro que hoy, tanto sus compañeros en la junta directiva como los asociados de la AMPA, agarrarían la manta para que se volviera a tirar al vacío con seguridad.
Trabajó durante diez años en una cadena de perfumerías pero la crisis la golpeó y se quedó en paro. Tenía dos opciones, lamentarse o lamerse las heridas y volver a pelear, y optó por esto último. «Me dije, ?hay que reiventarse?. Soy maestra, oposité dos veces y no tuve suerte, así que se me ocurrió ejercer mi profesión pero de otra forma. Me hice autónoma y doy clases extraescolares de cocina en los colegios», explica. Marcela también lleva el Plan Madruga en el centro escolar de O Piñeiriño. «Es otra forma distinta de hacer el magisterio. De estar en contacto con los niños», resume.
Pero claro, hay que regresar al AMPA. Ya quedó escrito hace bastantes líneas que muy pocos lo haríamos, ¿por qué tú sí? «Fue un poco por casualidad. La junta directiva anterior hizo una reunión para pedir que la gente se involucrara. Y yo me involucré con ellos. De ahí a seis o siete meses llegó la disyuntiva: o se metía alguien de presidente o la AMPA se disolvía. Y antes de que se disolviera...».
Sostiene Marcela que ella no quería ser la presidenta «porque no me veía preparada», pero un par de compañeras la animaron y, a partir de ahí, fue «ir aprendiendo poco a poco», dice. Vayamos a por los padres, ¿nos implicamos? «Los padres se podían implicar un poco más», nos reprocha. Aunque luego matiza. «A la hora de organizar alguna fiesta o algún evento sí que hay colaboración pero si se hace una asamblea nunca aparecen más de diez. Y a la hora de incorporarse a la junta directiva todo son excusas. En el día a día, en la toma de decisiones, sí que se podían implicar un poco más», incide.
La relación con la dirección del colegio, por lo demás, es fluida, Tanto con el anterior equipo directivo como con el actual. Instaurar el comedor escolar es el gran reto que se han propuesto Marcela y sus compañeros de directiva.
La gran novedad que ha aparecido entre las AMPA es la coordinadora que ha surgido y que amenaza con crecer una vez que varias asociaciones de otras localidades han expresado su intención de integrarse en el movimiento. «Estamos valorando formar una federación comarcal, la federación de O Salnés, para hacernos más fuertes», explica.
Regresemos a los fogones. «Los artífices son los niños», insiste Marcela, que asegura que elige platos para que los chavales puedan disfrutar. «Hacemos pizzas, huevos rellenos, magdalenas, cookies, tarta de la abuela... Son más de dulce que de salado», asegura. ¿Y hay más niñas que niños? «Tengo muchas más niñas que niños. Salvo en Carril o en Rubiáns, que son mitad y mitad, hay más chicas», insiste.
El mandato en la AMPA, al contrario que en la política, tiene fecha de caducidad porque los niños crecen y abandonan el centro en cuestión o porque las circunstancias personales cambian. «De momento tengo tiempo, pero da bastante trabajo. Sobre todo en determinadas épocas del año. A principios de curso más, porque nosotros preferimos cobrar la cuota en persona para que nos conozcan y sepan quienes somos. Que sepan que si tienen algún problema ahí estaremos para intentar ayudarles», explica.
Y de postre, y para acabar la charla, el empacho de la reválida. «La AMPA de O Piñeiriño está en contra de las reválidas, tanto de la de tercero como de la de sexto. El año pasado informamos sobre nuestra postura pero, al final, hicieron la prueba casi todos. Deben decidir los padres», incide Marcela. Y así es.
Hizo lo que muchos no hacemos: involucrarse en una AMPA, la de O Piñeiriño, para que la asociación no desapareciera por la ausencia de un presidente
La AMPA que preside está en contra de que se hagan las reválidas de tercero y de sexto e informará a los padres sobre la situación pero dice, y con razón, que la decisión final está en manos de los progenitores