Vilagarcía ejecuta el veto a cualquier recalificación de terrenos en Lantero
AROUSA
Sobre PP e Ivil se desató una auténtica ciclogénesis de críticas por inacción
22 ene 2015 . Actualizado a las 04:59 h.No resulta del todo fácil comprender lo ocurrido ayer en el pleno de Vilagarcía. El objetivo de la plantilla de Lantero y de los grupos de la oposición, formulado en la moción que proponía Esquerda Unida, se cumplió a rajatabla y por unanimidad. Aquel veto que la corporación anunciaba en la sesión de octubre se llevará a efecto después de que la dirección de la cartonera haya despedido a 48 de sus trabajadores. Esta decisión supone que el Concello ponga en marcha el proceso legal para que la revisión en ciernes del PXOM cierre la puerta a cualquier recalificación de la antigua fábrica de Rosalía de Castro. Es más, los técnicos municipales estudiarán mecanismos para restringir su uso al meramente industrial, eliminando el comercial que sí le otorga la normativa en vigor y, obviamente, también el residencial. Incluso sondearán la posibilidad de destinar los terrenos a equipamiento público. Una zona verde, para entenderse. Si la empresa quiere materializar algo parecido al convenio del 2004 no tendrá más remedio que renunciar al expediente de regulación de empleo, readmitir al personal expulsado y abrir un proceso de negociación «de boa fe». Para todo lo demás, están los tribunales.
Hasta aquí la parte que cualquiera puede entender y el público celebró por todo lo alto, con aparato de bombo y cornetillas. Lo complejo, lo enrevesado, es la forma en la que el alcalde, Tomás Fole, se enredó para acabar siendo abucheado como pocas veces antes -su socio, el independiente Cholo Dorgambide, lo fue nada más acceder al salón de plenos- sin aparente necesidad, porque no hacía falta echar más leña al fuego. Cierto que PP e Ivil soportaron una verdadera tempestad de críticas por lo que la oposición y los trabajadores presentes en el debate consideran un injustificable ejercicio de «inacción» por parte del bipartito conservador. «¿Que pode haber na axenda do alcalde máis importante que a defensa dos postos de traballo da última gran empresa que nos queda?», se preguntó el portavoz de EU, Juan Fajardo. Pero los esfuerzos de Fole por desentrañar la semántica profunda de la moción -sus reflexiones sobre el término «salida», por ejemplo- y su insistencia en plantear el conflicto en términos de «derrotar a empresa significa derrotar os traballadores» no hicieron sino precipitar el aluvión de acusaciones sobre él y sus compañeros.
Técnicos para «dar luz»
Anunció el regidor que los concejales estudiarán el convenio del 2004 «acompañados de quienes nos pueden dar luz, porque no soy abogado». Entre otras razones, advirtió, porque Lantero tiene sus derechos y cualquier paso del Concello tendrá consecuencias. La respuesta era obvia y llegó de forma espontánea: «¿Tiveches cen días para estudar e que fixeches?» Hai que vir documentado para sentarse aí», profirieron varias voces desde el público entre peticiones de dimisión.
La corporación exige al «staff» que retire el ERE y readmita a los 48 despedidos
otro pleno convulso