Yo soy Lantero, ¿y usted?

Manuel Blanco

AROUSA

18 ene 2015 . Actualizado a las 04:58 h.

Ha sentido alguna vez angustia por su futuro? Ese íntimo desasosiego que produce desconocer qué será de uno: dónde acabará, cómo cuidará de los suyos... El cierre de cualquier empresa esconde multitud de dramas como estos. Vidas rotas por la falta de una perspectiva laboral. Familias normales, como la suya, que de la noche a la mañana se vieron abocadas al precipicio por la negligencia de un gerente, por la competencia del mercado, por la crueldad de un sistema que ha desterrado el valor de crear sociedad para fiar su destino en exclusiva a la multiplicación de beneficios... Como si las empresas estuviesen llenas de peces, y no de personas.

Vivimos tiempos confusos, en los que algunos iluminados nos quieren hacer creer que generar beneficio es lo mismo que generar riqueza. Y no es verdad. Es legítimo que las empresas quieren ganar dinero, por descontado, pero el buen empresario es aquel que garantiza la prosperidad de los suyos. El que diluye ese temor por el futuro. El que distribuye una parte de su beneficio entre sus empleados para que estos, a su vez, hagan lo propio con el comercio, la hostelería... Aquel que mueve la rueda de la economía para que todo funcione.

Lantero fue en el pasado una de estas empresas. Hoy ya no se sabe bien qué es. Para angustia de sus trabajadores. Para desasosiego de toda Vilagarcía...