El tramo urbano de la N-640 en Vilagarcía presenta 276 baches y multitud de grietas
AROUSA
La erosión afecta a tramos enteros de asfalto y a los pasos de peatones en apenas un kilómetro y medio
11 abr 2014 . Actualizado a las 14:14 h.La patronal de las empresas que se dedican al mantenimiento de carreteras lanzaba ayer una llamativa señal de alarma sobre el penoso estado general que muestran las vías de comunicación terrestre en el conjunto de España. Desde luego, un examen en las distancias cortas no puede sino dar la razón a este tipo de conclusiones, al menos por lo que se refiere a una de las principales travesías de Vilagarcía. La N-640, dependiente del Ministerio de Fomento se interna en la capital arousana por el este, encauzando el tráfico que une la ciudad con Pontevedra. Las avenidas de San Roque y Juan Carlos I son los nombres urbanos de un vial cuyo otro extremo concluye en la rotonda de O Ramal. Pues bien, en apenas kilómetro y medio de longitud, el asfalto presenta nada menos que 276 baches, además de multitud de grietas y áreas enteras ampliamente erosionadas.
El comienzo del recorrido propiamente urbano, en la rotonda de Larsa, es lo más parecido a un gigantesco aunque difuso socavón. Entre este punto y la glorieta de Luz Salgada median 430 metros en los que se suceden 98 socavones de diferente tamaño. En el cruce de los supermercados se hace visible uno de los grandes problemas de esta carretera: la concentración de baches en el entorno de los pasos de peatones.
El trecho siguiente, los 420 metros que separan Luz Salgada de la plazuela de San Roque, son los que un mejor estado ofrecen. Hay muchas grietas, pero salvo en la confluencia con Ramón Cabanillas el firme muestra escasos desniveles y un rodar bastante fluido. Solo once huecos que dan paso a un tramo terrible, el peor de todos. Entre la gasolinera y el segundo semáforo de Ravella contabilizar la erosión del asfalto resulta tremendamente complicado. Más de un centenar de roturas, con enormes zanjas en los pasos de peatones, convierten estos 250 metros en un castigo para vehículos y viandantes. El tono se suaviza en la parte final, entre la plaza de la Constitución y O Ramal Solo diez baches.