El «Oleaje» de Paz languidece en una esquina del puerto

Antonio Garrido Viñas
antonio garrido VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

MONICA IRAGO

Los restos de la escultura están rodeados de tierra y neumáticos

04 abr 2014 . Actualizado a las 06:59 h.

A la instalación de Oleaje acudió incluso el entonces conselleiro de Cultura Xesús Pérez Varela. Corría el año 1997 y José Luis Rivera Mallo flirteaba de aquella incluso con la posibilidad de construir de manera inminente un muelle de trasatlánticos en Vilagarcía. La pieza, obra del escultor cambadés Manolo Paz, estaba situado en el corazón de la rada, en pleno muelle de Pasajeros y afirmaba el entonces presidente y ahora senador que se convertiría «en el buque insignia del puerto».

Tres lustros después, Oleaje languidece rodeada de escombros y neumáticos en una esquina de los terrenos portuarios. Arrimada a una pared y protegida por una apenas un par de vallas y una cinta de plástico.

La historia de la pieza del cambadés Manolo Paz es curiosa. La obra fue instalada en el puerto en agosto de 1997 dentro del programa cultural promovido por la Xunta denominado Galicia, terra única y se levantó en el lugar que hasta entonces ocupaban los mástiles de las banderas del muelle. La formaban quince rodajas de granito procedentes de la zona de Xiabre y tenía una estructura de unos siete metros de longitud, cuatro de ancho y dos de alto.

La derribó un camión

Fue polémica desde el principio y pronto los vilagarcianos la rebautizaron como las Galletas de Rivera en honor a sus formas y al impulsor de su colocación. Poco duró en pie. En 1999 un camión la derribó, en parte, realizando una maniobra de marcha atrás y la dejó dañada de una manera considerable. Llegaron los juicios porque las aseguradoras no se ponían de acuerdo y la obra permaneció varios meses tirada y vallada ante el bochorno general.

Un año más tarde, y ya con Manuel Bouzas en la presidencia de la Autoridad Portuaria, se decide trasladar los restos de Oleaje y colocar en su lugar las dos anclas que todavía lucen al final del paseo del muelle de Pasajeros. Evidentemente, poco tardó José Luis Rivera Mallo (entonces ya expresidente del puerto pero aún presidente y portavoz municipal de Ivil) en salir a la palestra para preguntar por el destino de la pieza. El ahora senador por el Partido Popular calificaba entonces de «grave irresponsabilidad» lo sucedido con una escultura que, recordaba, había sido financiada «con dinero público» y, por lo tanto, debería «cuidarse con especial esmero».

Tras la retirada de su lugar original y salvo ese recordatorio puntual del grupo que lideraba Rivera Mallo, Oleaje pasó al olvido. Y de ahí, a una esquina de los terrenos de la Autoridad Portuaria. Sus restos pueden verse a simple vista. Están a la altura de las naves de Cefrico.

Sin respuesta

Esta Redacción se puso en contacto ayer con la Autoridad Portuaria para conocer si tienen previsto alguna medida para retirar la obra de donde está pero no hubo respuesta.