En la última semana los cacos forzaron dos cafeterías y varios coches
18 feb 2014 . Actualizado a las 06:58 h.Una decena de coches forzados y un par de cafeterías asaltadas. Ese es el balance de sucesos violentos que se produjeron la pasada semana en Vilagarcía. Una oleada de asaltos que preocupa tanto a los hosteleros como a los comerciantes de la localidad, que ven como ni la alarma ni las cámaras de seguridad amedrentan a los cacos.
Roberto Gerpe, de Ahituvi, es claro al respecto. «Nos preocupa, claro que nos preocupa», afirma. El máximo responsable de la asociación de hosteleros apunta sin dudar que Vilagarcía «es una ciudad segura» y que ve «patrullar constantemente a la Policía» pero reconoce que los asaltos que sufrieron tanto el Derby como el Lembranza la pasada semana han contribuido a elevar el nerviosismo del sector. Es decir, están preocupados «pero no súper alarmados», matiza.
En la misma línea se expresa Rocío Louzán. La presidenta de la asociación Zona Aberta reconoce que existe un «problema» con la oleada de asaltos que se está viviendo en la ciudad. Si bien últimamente no se han visto damnificados ninguno de sus asociados por una noticia tan desagradable no hace falta escarbar mucho en el hemerográfico para encontrar sucesos por el estilo entre los comerciantes de Vilagarcía.
En Zona Aberta se preocupan de recordar de vez en cuando a sus asociados las pautas de seguridad para intentar evitar, o al menos minimizar, los daños en sucesos de este tipo. «Ciertas medidas -explica Louzán- como no dejar la recaudación del día en el comercio y consejos por el estilo». En este sentido, representantes de la asociación se reunieron con la directora xeral de Comercio para expresarle la conveniencia de que establecimientos como las joyerías, por ejemplo, puedan evitar poner el precio del producto en el escaparate si este muy elevado para intentar que pase desapercibido para los delincuentes.
Unos consejos que también lanzan a sus asociados desde Ahituvi y que se centran en cerciorarse de que todo quede bien cerrado, evidentemente llevarse todo el dinero y, si es posible, dejar alguna luz encendida en el interior del local.