De compras productivas en el mercadillo de Vilagarcía
14 jul 2012 . Actualizado a las 14:38 h.Salir de casa con cinco euros en estos tiempos y llegar con las manos llenas es una tarea ardua si lo que se busca es buen género.
Al grito de «¡Bueno, bonito y barato!» puede hacerse una estupenda compra veraniega en el mercadillo de Vilagarcía.
Una primera opción, teniendo en cuenta a toda la familia es la siguiente: una pieza de ropa interior «sin costuras» para la señora o el caballero, dos euros; un libro para colorear con Bob Esponja, dos euros. Y todavía sobra un euro para comprar el pan -eso sí, sin contar la subida del IVA-. Todo ello, acotando todavía más, puede encontrarse en los puestos próximos al mercado de abastos.
Ahora bien, si lo preocupante es la subida de temperaturas para esta semana, puede realizarse una «inversión» y adquirir un traje de baño dos piezas por cinco euros. Eso sí, bien bonito, de esos que no transparentan ni estiran al sumergirse en el agua. Porque la gran mayoría de las veces, la tendencia es comprarse un traje de baño con todas las de la ley -o eso se cree-, dejándose un cuarto de sueldo en el asunto. Al final, no sale rentable.
Continuando en la línea de las «inversiones», una de decoración. Por cinco euros, una alegría de mi casa -cuatro euros- y unos pendientes de fantasía -un euro-. La zona del río de O Con es la más recomendable para hacerse con estos productos.
Por otra parte, en ocasiones, se encuentra la «oferta del día»: por menos de mil de las antiguas pesetas, un pack de 10 calcetines. Es decir, calcetines para todo un año o más.
Más para los pequeños. Por cinco euros y hacia abajo, existe una gran variedad de artículos de origen chino. Chino por su particularidad: desde originales perritos a pilas que saludan y mueven la cola hasta muñecos bailarines completamente robotizados. Los perfumes también son todo un hit, aunque alguno se sale del presupuesto.
Ya por último, para complementar el atuendo veraniego, no está mal pensar en algo cómodo para los pies. Desde tres euros, chanclas -de tira, de dedo...- y zapatillas de verano.
Con organización y ojo clínico , el verano puede ser maravilloso. Esto es precisamente un ejemplo de lo que todavía se puede hacer todos los martes y sábados. Bisutería, textil, juguetería, droguería o decoración, todo tiene cabida. La cita es por la mañana en pleno corazón de la capital arousana.