La caja de Pandora sigue abierta

AROUSA

Cumplió cinco años de condena acusada de prostitución y detención ilegal; luego desapareció, pero a su antiguo domicilio de Lugo le llegan todavía multas de tráfico

27 sep 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

En los años ochenta era la reina de la noche de Lugo, donde triunfaba con un escandaloso espectáculo en el que incluía juegos sexuales con su perro. Pero fue detenida en una miserable chabola de Vilanova, en la que se escondía de la Justicia en compañía de su novio. Después de cumplir una pena de cinco años de cárcel, salió de prisión, y de Pandora nunca más se supo, aunque hace un año todavía le llegaban las multas de tráfico a su antigua vivienda en la ciudad de la Muralla.

El nombre de Pandora, que era como se conocía a la pornoartista que revolucionó la noche lucense, saltó a los medios de comunicación cuando un inspector de policía se atrevió a investigar lo que ocurría en los locales de ocio nocturno que regentaba Francisca Soto García. Con su informe policial y las denuncias de algunas personas que supuestamente habían sido explotadas por la artista, que escandalizaba al personal con sus números subidos de tono, a Pandora se le acusó de inducir a la prostitución y de detención ilegal. Ella siempre negó las acusaciones, pero hubo quien dijo que a las mujeres que se negaban a prostituirse las encerraba en una habitación y les daba una única comida al día, justo antes de empezar a trabajar. También se le acusó de suministrar píldoras abortivas a las que quedaban embarazadas, aunque a ellas les decía que eran vitaminas.

Por estas y otras cuestiones Pandora tuvo que presentarse varias veces ante la Justicia, pero no fue hasta el año 1995 que de verdad le vio las orejas al lobo. Tenía entonces 49 años, y un auto del Juzgado de Instrucción número uno de Lugo la acusaba de varios delitos contra la libertad sexual. En el 2008 llegó la sentencia, que la condenaba a 28 años de cárcel. Pero no se le pudo notificar, porque la pornoartista estaba en paradero desconocido.

Su huida interesó a los medios de comunicación de toda España, y hasta el entonces ministro de Interior, Jaime Mayor Oreja, tuvo que defenderse de las acusaciones que le caían encima diciendo que «la policía no vigila a quien quiere, sino a quien se lo ordenan los jueces».

Detención en Cálogo

Con el revuelo que se montó, los vecinos de Vilanova leyeron la noticia, y algunos se presentaron ante la Policía Local para decir que esa mujer que salía en los periódicos estaba en Vilanova, que se paseaba en un ciclomotor por la playa de As Sinas, y que también la habían visto llamando desde una cabina o tomando café en un céntrico local de la villa. La Policía Nacional desplegó una patrulla en su búsqueda y el 4 de junio de 1998 Pandora fue detenida en el interior de una chabola del lugar de Cálogo, en las inmediaciones del cementerio parroquial. La vivienda en la que se escondía de la Justicia era propiedad de un hermano de Serafín de los Santos, el novio de la pornoartista que poco después fue detenido en el interior de un camión en el que trataba de zafarse del cerco policial. Cumplía condena en la prisión de Monterroso por otro delito, pero aprovechó un permiso de fin de semana para reunirse con su novia, y no se acordó de volver a la cárcel. También estaba encausado en el mismo sumario que Pandora, aunque posteriormente se le absolvió. Aquella azarosa jornada revolucionó la casi siempre tranquila vida de los vecinos de Vilanova, que no se podían creer que la famosa pornoartista se escondiera de la policía en aquel miserable barrio de chabolas que tenían al lado de casa. La detenida, tras pasar la noche en los calabozos de Vilagarcía, fue trasladada al día siguiente a la prisión de Pereiro de Aguiar, en Ourense.

En la cárcel permaneció solo cinco años, porque la empresaria de la noche lucense no tardó en contratar a un prestigioso abogado de Madrid que consiguió que el Supremo le rebajase la pena. Se alegaba «una indebida dilación en la tramitación de la causa en fase instructora». La decisión judicial provocó recelos en Lugo, donde se decía que la pornoartista había amenazado en muchas ocasiones con tirar de la manta y decir los nombres de personajes notorios que eran clientes habituales de sus clubes de alterne. De hecho, ya había sido absuelta en dos juicios anteriores en los que los jueces no vieron nada anormal en sus actividades.

Tras su salida de la cárcel hubo quien aseguró que Pandora se había ido a Huétor Tájar, el municipio granadino del que era natural. Tal y como se pudo saber hace unos meses, el abogado que antes llevaba sus asuntos en Lugo reconoció que la última vez que tuvo noticias de ella fue cuando desde la cárcel le escribió unas cartas informándole de sus proyectos. Pero Pandora abandonó la prisión en el año 2003, y no dejó pistas de su paradero.

Pudo volver a Andalucía

Con edad suficiente para jubilarse, nada se sabe de sus andanzas, aunque al domicilio habitual que tenía en Lugo le siguen llegando notificaciones oficiales, en su mayoría por multas de tráfico. Por estas mismas sanciones apareció hace meses su nombre en boletines oficiales que le reclamaban los pagos pendientes. Eran de Andalucía, por lo que se supone que la pornoartista regresó a su tierra natal, de la que salió muy joven para hacer carrera en el mundo del espectáculo.