La dorna «Sara» ya tiene cubierta

Xurxo Melchor xurxo.melchor@lavoz.es

AROUSA

15 mar 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Los marineros son supersticiosos y gente de tradiciones. Una de ellas es que los barcos se van inaugurando a medida que se construyen, cuando se termina alguna de las partes fundamentales de la estructura. El abogado grovense y presidente del Club Náutico de San Vicente, Xosé Avelino Ochoa Gondar , quiso respetar esta tradición en la construcción de su dorna «Sara» , porque precisamente se embarcó en este hermoso proyecto para darle actualidad a la costumbre. Para fusionar tradición y modernidad. Por eso en la noche del viernes montó una fiesta para celebrar el fin de la construcción de la cubierta de la nave.

En estos casos, es obligado que la celebración se haga en el propio astillero, con el barco homenajeado presente. Y así fue. El Astillero Hermanos Garrido de O Grove se llenó de familiares y amigos de los Ochoa. Estaban las hermanas de Avelino: Lola , Isabel y Olga , el presidente de la Federación Galega pola Cultura Marítima e Fluvial, Fernando Piñeiro , amigos como el médico Moncho Meis o los constructores de la dorna: los hermanos Garrido: Fabían , Carlos y Pepe ; Francisco Lores , Evaristo Piñeiro y Luis Román .

El menú tuvo un claro tinte del país, con sus empanadas de choco y carne, su tortillita de patatas con chorizo, sus filloas y su rosca. Pero en lo del beber, Avelino Ochoa se salió del guión -eso es algo que le encanta hacer- y sirvió vino francés y sudafricano. Eso sí, la cerveza era autóctona, Estrella Galicia. El experimento salió bien. Los caldos foráneos estaban buenos y los invitados dieron buena cuenta de ellos. La hija que da nombre a la dorna. Que un barco lleve tu nombre es una cosa muy seria. Pero la hija mayor de Avelino Ochoa, Sara , está encantada de asumir esta responsabilidad. Se subió a la dorna, se la enseñó a sus primos y sus amigos y sonreía de oreja a oreja cuando le decían lo bonito que es su barco, que lo es. También disfrutó el benjamín de los Ochoa, Daniel , que, eso sí, no se despegó ni un minuto de su madre, Celeste . Quién sabe, a lo mejor algún día, Daniel también será el nombre de otra dorna de las que le gustan a su padre: tradicionales, pero modernas y funcionales a la vez.