En cualquier caso, mantener paradas las ventas para industria no es del agrado de ningún productor. Los cocederos aún no están a pleno rendimiento, la campaña se ha retrasado, pero las máquinas se están engrasando. «Esto non se pode prolongar demasiado no tempo. Hai que acurtar os prazos o máximo posible polo ben dos cocederos e polo ben noso», decían ayer desde la comisión de la que forman parte, entre otros, Opmega, Cabo de Cruz, Amegrove e Illa de Arousa.
Los cocederos
Que el paro no es una guerra contra los cocederos bien lo saben estos. Portavoces de ese colectivo aseguraban que todo lo que está ocurriendo es fruto de la «guerra civil» en la que los productores llevan años envueltos. Reconocen los transformadores que es cierto que los precios son un desbarajuste, pero «los descuentos los ofrecen los propios bateeiros, nadie se los pide». Y es cierto que entra bivalvo de fuera, en concreto de Chile. Pero peor es la amenaza asiática: la del mejillón chino. Todo ello, sumado a que «las previsiones de consumo para este año son muy malas», justificarían el nerviosismo de los bateeiros.