AREOSO | O |

16 mar 2006 . Actualizado a las 06:00 h.

ÚLTIMAMENTE tenemos tendencia a pensar que son los inmigrantes que nos visitan los responsables de muchos de los males que nos afectan. Si hay una oleada de robos los primeros en cargar con las culpas son las mafias de rumanos. Si es un secuestro exprés lo que acapara titulares, los responsables serán sin duda un grupo de sudamericanos, pues ellos han sido los primeros en llevarlos a la práctica. Pero lo cierto es que cada vez está más claro que en esto de imitar no hay quien nos gane y que si tenemos que importar algo del extranjero, elegimos sin duda las mejores técnicas de robo de las mafias. Me explico. Hace unos meses, los empresarios de O Salnés denunciaban una oleada de robos en sus industrias y lo primero que se pensó es que eran las mafias del este las que estaban actuando. Semanas después, la Guardia Civil detenía a los supuestos autores de estos asaltos y, sorpresa, todos eran naturales de la comarca. Otro claro ejemplo está en el secuestro de un empresario de Meaño. Aunque todavía no hay detenidos, todo parece indicar que tras el mismo está un arousano y no nadie que haya llegado desde tierras lejanas. Y para terminar tenemos los asaltos a las iglesias de Ribadumia. Puertas forzadas, destrozos por todos lados y un desorden que acaban con la paciencia de los párrocos. ¿Quién está detrás de todo esto? Pues todo parece indicar que un grupo de jóvenes de la comarca que no tiene nada mejor que hacer para pasar el rato que atentar contra las creencias de los vecinos. Ya es condenable el hecho de que entren en cualquier edificio público con único fin de destrozar todo lo que se encuentren a su paso, pero es que además demuestran una rabia y un odio que bien podría equipararse al de cualquier extremista. Claro que en la tertulia no hablaremos de esto, sino de lo locos que están los islamistas que queman embajadas tras publicarse una inofensiva viñeta.