ENTRE LÍNEAS
05 ene 2006 . Actualizado a las 06:00 h.PARA una persona normal, como usted y como yo, que tras diez largos en la piscina quedamos extenuados, se nos hace incomprensible pensar en que un hombre de nuestra misma especie sea capaz de nadar 26 horas seguidas y cubrir a nado por primera vez en la historia el tramo entre Alicante e Ibiza. Deja con la boca abierta. Más al saber que tuvo que nadar 14 horas a oscuras sin más referencia que un foco, con un mar gélido a 12 grados centígrados y con un oleaje que le provocó fuertes mareos. El estado en el que llegó a la meta, con hipotermia, una contractura en el brazo derecho y casi desvanecido, son pruebas de su gesta. Afortunadamente, se recupera rápido porque está hecho de una aleación muy dura. Tipos como Meca demuestran que el hombre no tiene límites cuando se lo propone. Para lo bueno y para lo malo.