Vecinos de Carril denuncian los fuertes «petardazos» de las obras de A Tomada

María Hermida
María Hermida VILAGARCÍA

AROUSA

VÍTOR MEJUTO

Los afectados se quejaron en el Concello porque aseguran que sus casas se tambalean Los lugareños lamentan también que la empresa cortara caminos «pasañeiros»

18 ago 2004 . Actualizado a las 07:00 h.

?Avó, vainos caír a casa», dijo el nieto de Manuel Rodríguez a su abuelo la pasada semana. Las palabras de alerta del pequeño se sucedieron tras un barrenazo de las obras de la urbanización de A Tomada, una construcción que se está realizando en pleno monte rocoso de Carril y que según los vecinos «fai tambalear as casas». Los «petardazos», como los denominan en Carril, han provocado que los lugareños se quejasen a la empresa constructora y que presentasen varios escritos en el Concello. «O outro día estabamos comendo e tambaleáronse tódalas tarteiras. Calquera día caeranos a casa», dice Manuel Rodríguez. El enfado de este vecino de la calle Castillejos con las obras de la inmobiliaria Castriño es más que evidente. No tiene problemas en dar nombres y apellidos o señalar, desde la capilla de San Roque que él mismo cuida y que está enfrente de los futuros chalés, que «alí está aparcado o coche do sinvergüenza do encargado. O outro día quixen falar con eles e botáronme fóra». El motivo de sus quejas son los barrenazos que acompañan a los trabajos y en el escrito que firmó deja claro que «non poden mandar petardazos tan fortes, teñen que aminoralos senón imos mal». Más quejas Al pie de las obras de Falcón se sitúa la calle de la Rosa. En ella viven varios de los vecinos que se quejan de los ruidos y grietas que provocan los petardos. Es el caso de Francisco Maneiro, quien asegura que «dunha das veces saimos correndo da casa, movéusenos todo». Su firma también constará en las dependencias municipales para que se reduzcan los barrenazos. Además, este vecino afirma que «tiven que poñer uns bloques na cima da finca, que me viña a terra para dentro da casa» dice desde su vivienda, que está rodeada de un terreno lindante con la polémica urbanización. Aún así, en la misma calle hay quien saca hierro al asunto y advierte de que «claro que nos afectan, pero es inevitable. Sucede lo mismo que cuando construyeron otros edificios en los alrededores que todo tiembla, pero es normal», cuenta una vecina. Caminos cortados Los ruidos y tambaleos no son lo único que preocupan a los vecinos de Carril. Manuel Rodríguez denuncia también que «cortaron un camiño pasañeiro sen dicir nada. Dende sempre se pasou dende a capela dos Anxos á de San Roque e agora non deixan que un se acerque». Precisamente, en el entorno de la capilla de San Roque tiene lugar, año tras año, la popular romería de San Roquiño. Una fiesta que, según Rodríguez, este año se vio deslucida por las obras. «Moita xente non veu porque esto está feísimo con tódalas obras». En la calle de A Rosa también alertan del corte de un camino por el que tradicionalmente transitaban los vecinos para acudir al cementerio.