Reportaje | Una exposición muestra esculturas con animales envasados Un móvil con pájaros, una pecera de colores, una jaula con una agapurni... A simple vista, objetos de adorno. Pero en todos ellos se ha detenido el tiempo.
20 nov 2003 . Actualizado a las 06:00 h.?ernando Fernández Pidal nos invita a entrar en su exposición provistos de una mascarilla. A priori, el hecho de mostrar esculturas con animales envasados al vacío no parece demasiado agradable para una sala de muestras, pero al final resulta todo lo contrario. «Todo el mundo -explica este estudiante de tercer curso de Bellas Artes- tiene la imagen de un animal envasado al vacío como algo crudo. Quise darle un giro y lo que hice fue exponerlo de tal manera que sean vistosos y no desagraden, aunque la idea pueda dar asco». Muchos animales aparecen bajo la apariencia de objetos decorativos. Así, hay un móvil con pájaros, una espiral que desde el techo hasta el suelo muestra todo tipo de peces, otra pecera iluminada de colores o una marioneta de una gallina descuartizada. Mientras señala una jaula con una agapurni, comenta que «es como comprarte un canario para tu casa, pero dándole un giro más bruto». Otras de las obras tienen un tono más reivindicativo. Por ejemplo, la que ofrece un conejo crucificado entre cuatro Barbies como símbolo de la mujer objeto, o el maniquí desnudo y sólo provisto de pieles que señala con su dedo acusador unas cobayas. Fernández experimenta desde hace tiempo con animales -muertos, por supuesto-. «Estuve haciendo pruebas sobre cómo modificarlos y acabé en este punto». Pero el quid de la exposición está en el envasado al vacío. «Lo que intento hacer -subraya- al privar de oxígeno a las obras es algo así como detener el tiempo en el objeto que envaso. Intento hacer de algo tan efímero como la vida, algo eterno. El animal está ahí esperando a que la bolsa se corte para seguir su curso natural y ser liberado». Para la presentación, el artista ideó una performance en la que el espectador tuvo que retar «a lo desconocido». Sirvió canapés acompañados con grillos con chocolate. La bebida se depositó en un cubo de fregar. Los vasos eran de analítica de orina. Y los recipientes de las gominolas, orinales. El resultado: a los animales les había privado de oxígeno y a los espectadores de la indiferencia.