El Poseidón llegó a Vilagarcía a finales del mes de julio para formar un trío junto con el Abrente y el Rapanui en el muelle de Pasajeros. Uno de los últimos trofeos de caza de Vázquez Taín es resultado de la llamada Operación Masturrón, una más de las que el juez dirigió este verano con un resultado final de ocho toneladas de droga fuera del mercado. Pero no todos los barcos con cargamentos de este tipo descubiertos por Taín fueron a parar al cementerio en el que parece convertirse el puerto de Vilagarcía. Otras embarcaciones, como el Caridad C, también fruto de las exitosas investigaciones de este verano, quedaron en puertos canarios. Y algunos, como es el caso del Kalil o el Marimar II corrieron mejor suerte. El primero, un yate en buen estado, fue cedido en depósito en enero del 2002 a una empresa de viajes turísticos canaria y el segundo se subastó un mes después en Vilagarcía adjudicándose también a un empresario canario que tenía previsto dedicarlo a almacén de mercancías, más barato que las naves de la rada. A Vilagarcía llegó también en noviembre del 2001 el Chad Band, otro yate cargado con tres kilos de hachís. El juez decidió cederlo en depósito a la asociación Alar Galicia para convertirlo en escuela taller de toxicómanos, un proyecto a expensas de la burocracia.