Las monjas de Marta y María al despedirse de Ribadeo después de 21 años: «Simplemente, gracias, gracias, gracias»

La Voz RIBADEO / LA VOZ

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Dejan el hospital asilo tras 21 años de gestión: «Hemos sido como una familia, porque vemos en los ancianos a nuestros padres, a nuestros hermanos»

09 jun 2023 . Actualizado a las 19:40 h.

El alcalde de Ribadeo, Fernando Suárez, y la concejala de Servizos Sociais, Mónica Freire, despidieron este jueves de forma oficial en el consistorio a las religiosas de la Congregación de Marta y María, que durante 21 años se encargaron de la gestión del hospital asilo. Suárez elogió su labor durante todo este tiempo y lo agradeció en nombre del equipo de gobierno, de la corporación y de la ciudadanía en general.

Las religiosas dejarán Ribadeo con el traslado de los usuarios del hospital asilo a otros centros -ya en marcha- para ejecutar las obras de reforma. Suárez hizo una mención especial de Madre Noelia: «Fixemos un bo tándem, un pouco singular, pero que me quedará para o resto da miña vida».

Madre Flor y Madre Noelia agradecieron, por su parte, su acogida en Ribadeo y manifestaron que se llevan un grato recuerdo de Ribadeo: «La Congregación está muy agradecida por la confianza que han puesto en nuestro servicio. Lo hemos hecho con todo nuestro cariño y amor, y le agradecemos a usted -en alusión al alcalde-, porque ha estado siempre apoyándonos día a día, estaba muy pendiente, y también las hermanas se sintieron muy bien en esta residencia, en este pueblo, tan querido. Nos hemos sentido muy bien en Ribadeo y les agradecemos su apoyo a todos y a todas las familias que han confiado en nuestro servicio».

«Uno ha cumplido una misión, quizá no al 100 % de perfección, pero que se aproxima, ya no pensando solo en el servicio material, porque en realidad lo nuestro, como dice nuestra madre fundadora, es preparar las almas de las personas porque están en la última etapa de su vida. Es la antesala para ir al cielo. Y aparte del servicio en sí, que lo pueden realizar otras personas, nos encargamos un poco de lo que es la vida espiritual de los residentes en el asilo, porque entra también en nuestra responsabilidad. Y nos vamos muy satisfechas y esperamos que las personas a las que hemos servido tengan también esta misma sensación al decir que han podido estar con nosotros y que al final, como dicen todos los que se están marchando ahora, hemos sido como una familia. Para nosotros es así: una familia más grande, porque vemos en ellos a nuestros padres, a nuestros hermanos. Y he de decir, simplemente, gracias, gracias, gracias», concluyó Madre Noelia.