El niño bueno del boxeo gallego

Iván Díaz Rolle
IVÁN ROLLE A CORUÑA / LA VOZ

RIBADEO

JESÚS FIGUEROA

Con una disciplina y sacrificio casi obsesivos, el ribadense Olmo de Paz continúa invicto tras ocho peleas como profesional y sueña competir por el Campeonato de España

15 may 2023 . Actualizado a las 20:33 h.

A Olmo de Paz Dorado (Figueras, Castropol, 1997) le va al dedo el apelativo de niño bueno, aunque, cuando sube al cuadrilátero, pega muy duro. En su día a día, no hay ni un solo exceso y cumple a rajatabla las directrices de su entrenador, Chano Planas. Los resultados de una disciplina y sacrificio casi obsesivos saltan a la vista tras poco más de un año en el boxeo profesional. El peso wélter crecido en Ribadeo y afincado en A Coruña continúa invicto tras ocho combates, tres de ellos resueltos por la vía del KO.

«Estoy contento, no puedo pedir más. Está saliendo todo tal y cómo queríamos. Detrás hay muchas horas de gimnasio, de dieta, de no ir a cenas y no trasnochar...», confiesa un púgil «orgulloso» de su desempeño y con la ilusión de aspirar pronto al cinturón de campeón de España de su división. «Estoy avanzando en el ránking y, si seguimos así, a principios del año que viene podrían nombrarme aspirante oficial al título», destaca.

Hace unas semanas en un duelo de invictos contra el navarro Joseba Díaz venció y demostró que su progresión no es casual,. La revista especializada Espabox eligió al deportista mariñano segundo mejor debutante de la temporada. «Fue un rival duro, pero lo sacamos adelante y ahora toca pensar en la revancha, que la tenemos pactada en Pamplona el 20 de mayo». 

Abarrote total

El buen cartel de la velada propició un lleno total en el gimnasio Fight Factory. «Es la primera vez que nos quedan 100 o 150 personas fuera», confiesa Chano Planas. «La gente quiere ver buenas peleas y creo que dimos un buen espectáculo», proclama su discípulo.

«No trasnocha, no fuma, no bebe ni una cerveza y siempre está en el peso»

«Es muy disciplinado y sacrificado. Cumple a la perfección con el entrenamiento invisible. No trasnocha, no fuma, no le he visto beber nunca ni una cerveza y está siempre en el peso adecuado», confirma un mentor satisfecho por el empeño de Olmo de Paz y convencido de que está dando los pasos oportunos y a la velocidad justa hacia el estrellato. «Vamos muy bien, sin hacer mucho ruido, combate a combate. Tiene un 8-0, pero ya ha peleado contra dos invictos y otros dos boxeadores muy experimentados. La suya está siendo una carrera muy bien llevada, dando saltitos poco a poco», explica Chano Planas.

El triunfo contra Joseba Díaz confirma el nivel de su alumno, asegura. «Era una pelea de su liga, contra un rival que había ganado sus cinco combates profesionales, y la solventó muy bien, con una buena estrategia y teniéndolo en el último asalto cerca del KO. Ahora deberá ir allí, tal y cómo habíamos pactado, porque hay quién cree que el factor local y el público influyen mucho en la decisión de los jueces. Creo que puede ganarle también en Pamplona. Olmo venía de pasar una enfermedad ocho días antes y aún así rindió muy bien. Puede hacerlo aún mejor», destaca.

«Debe seguir así, paso a paso, eliminando rivales para subir puestos en el ránking y ojalá a principios del 2024 pueda luchar por el cinturón de campeón de España. Merece ese título con el que tanto sueña», afirma Planas sobre el peso wélter que moldea en el gimnasio Fight Factory de A Coruña.

El boxeador de Ribadeo, de solo 25 años, se estrenó en el boxeo profesional en marzo del 2022. Desde entonces, con talento y sacrificio, sigue invicto. En su estreno noqueó al angoleño José Gamboa. Su siguiente víctima fue Iván Lacarra, un experimentado púgil que tiene una medalla de plata amateur en su currículo. Hermin Isava, Sandro Hernández y Dewis de Oliveira tampoco pudieron con él. Tras una etapa dura en la que se le cayeron varios combates, uno de ellos por prescripción médica, debutó más allá de las fronteras españolas con una victoria frente a Nayef Abdullah en Kuwait y Joseba Díaz también sucumbió ante el hambre de Olmo de Paz.