Epidemias en los comienzos del siglo XX

Pablo Mosquera
Pablo Mosquera OPINIÓN

CERVO

04 oct 2019 . Actualizado a las 13:10 h.

Galicia comienza en siglo XX con alta incidencia de enfermedades infecto contagiosas, que tendrán su punto álgido como otras partes de Europa, tras la primera guerra mundial, en la gripe denominada Española. Pero previamente, hay dos estados de alarma sanitaria que pueden seguirse desde los documentos históricos que se conservan en los Concellos de A Mariña y que se refieren al Cólera Morbo Asiático y a la Viruela- Erradicada desde 1980-

En agosto de 1907 el Gobierno Civil de Lugo a través de la circular 376, sobre salubridad pública, publica en el Boletín Oficial de la Provincia, disposiciones que reconocen la existencia de un brote epidémico de Viruela en el Concello de Cervo.

En tal territorio de 4.838 habitantes se han producido defunciones por tal enfermedad en: Gondrás, Lieiro, San Ciprián, Sargadelos; consecuencia del brote que se ha extendido por su población, lo que ha dado lugar a la puesta en escena de medidas que vigila y establece la Junta Municipal de Sanidad, que preside el Alcalde, Don Ramón Cociña Domínguez, y que cuenta con dos médicos como sanitarios; se trata de los facultativos Atilano Castrillón Sánchez y Roberto Peleteiro, así como con el boticario Julián López García, y los vocales Ramón González por la parroquia de Santa María de Rúa, Manuel Vázquez por Gondrás, Ramón Vispo por Burela; y que entre otras medidas proceden al cierre de las escuelas, vacunación y revacunación, limpieza y desinfección de locales y domicilios con enfermos, tratamiento de objetos contaminados, vigilancia de enfermos y contactos.

Alerta sanitaria

Con todo ser grave lo que antecede, el momento de máxima alerta sanitaria se produce en 1908, al declararse un importante brote de Cólera Morbo Asiático en Rusia e Italia.

Será con motivo de tal alerta sanitaria cuando el médico titular de Cervo, Atilano Castrillón Sánchez, que lo es desde 1894, se constituya en Jefe Local de Sanidad, desde su condición de Secretario de la Junta de Sanidad del Distrito de Cervo, que preside el Alcalde, Ramón Cociña Domínguez, auxiliado por el Secretario Municipal, José María Correa Miranda -quien será vilmente ejecutado en diciembre de 1936 por sus ideas republicanas- y que establecen un dispositivo sanimétrico especialmente riguroso con los puertos a los que llegan buques de cabotaje con mercancías y tripulaciones que deben ser vigiladas o aisladas, todo ello con riguroso cumplimiento de las disposiciones que se dictan desde el Gobierno de España, en consonancia con lo que hacen otros países de aquella Europa en estado de máxima alerta por epidemia.

Se trata de eliminar lugares de vertidos orgánicos incontrolados, y así desaparecen las denominadas esterqueiras y letrinas; control exhaustivo del las fábricas de salazón de pescado; establecimiento de recintos de madera para el aislamiento- cuarentenas-; medidas específicas para enterramiento y mataderos de animales; limpieza y control de ríos, fuentes y toda suerte de aguas, saneamiento para locales públicos y máximo control de alimentos, especialmente los llegados de otros lares. A lo que antecede se unirá, aunque no es el caso del lugar en cuestión, medidas para los ferrocarriles.

Todo lo dicho formará parte de la actividad sanitaria de los inspectores de buques, los médicos Castrillón y Peleteiro, así como del boticario Julián López García y los vecinos Manuel Vázquez, Ramón González, Ramón Vispo, Benigno Casariego, José Iglesias, Javier López, Hipólito González, dando cuenta de todo ello al Gobernador Civil de la Provincia de Lugo.

El miedo y la alarma social por cólera tiene una fecha tristemente histórica. En el año 1834 son asesinados por las turbas ignorantes setenta y tres frailes en Madrid, bajo la infundía de haber contaminado el agua de las fuentes públicas y ser responsables del brote colérico.