Vivir con miedo

Ricardo Timiraos

A MARIÑA

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24 may 2024 . Actualizado a las 14:06 h.

Todavía no se nos fue el miedo de la Guerra Incivil cuando una nueva ola de intolerancia fascista se extiende como el aceite por toda la sociedad. Todavía no hemos aprendido a vivir con la tolerancia y el respeto que pide la democracia y aparecen nuevos líderes tenebrosos poniendo en solfa el régimen político elegido por los ciudadanos. ¡Qué manía! Todavía no hemos encontrado el sistema económico que pueda ser beneficioso para todos y, sin embargo, ya nos intentan imponer las medidas draconianas de estos economistas, furibundos defensores del Ultra capitalismo, descalificando entre otras, nada menos, que la doctrina social de la Iglesia. ¡A dónde llega la osadía de la ignorancia!. Y al presidente argentino no se le ocurre mejor idea que decir que la justicia social es aberrante.

Mire, señor (le llamo así por ser educado) : lo aberrante de este mundo es que tipos como usted, Donald Trump, Putin y otros similares puedan llegar a gobernar un país sin que la sociedad sepa ponerles freno; lo aberrante es que insulte usted de esa manera a millones de personas que con su generoso buen hacer tratan de equilibrar la balanza económica en mundo donde los tiburones y buitres económicos se alimentan de la miseria ajena; lo aberrante es hablar de los mercados y enriquecerse desaforadamente sin reparar que cada día mueren más de 24 mil personas de hambre en el mundo y en la cantidad de seres humanos que trabajan en condiciones miserables para satisfacer la avaricia de sus defendidos; lo aberrante es que usted se atreva a decir que el Papa es el representante del Maligno en la Tierra y después, por estrategia política, recoja velas con un abrazo. Me temo que una vez más, la querida Argentina, sufra las consecuencias de sus gobernantes. Experiencia, por desgracia, tienen.

Pero mire, decía al principio, que sigo teniendo miedo porque ustedes han elegido posturas económicas que inciden directa y negativamente en el porvenir de la ciudadanía. Ustedes predican el ultra liberalismo económico que es la mayor causa de la desigualdad social; ustedes santifican a grandes gurús de la economía que aplauden sus propuestas y se alían con políticos como esa caterva de demagogos que van surgiendo en la sociedad actual, muchos de los cuales carecen de una mínima formación intelectual. O razonan como la cañera presidenta de la comunidad de Madrid : “La justicia social es un invento de la izquierda, que solo promueve la cultura de la envidia, del rencor y de buscar falsos culpables”. Sin duda, otra perla de una señora cuyo currículum como periodista denota su preparación. Después está el trepar en el partido. Solo si la “docta” Presidenta abriera Google podría leer que: “La Doctrina social de la Iglesia se define como la enseñanza moral que en materia social, política, económica, familiar y cultural, realiza la Iglesia”. Y solo le muestro este párrafo: “La propiedad privada es un derecho secundario que depende de este derecho primario, que es el destino universal de los bienes” . La frase es de otro argentino, el “izquierdoso” Papa Francisco en la Conferencia Internacional del Trabajo (15-6202).

Evidentemente, tanto Milei como Ayuso son dos “joyas” de nuestro panorama político que asustan. Entre otras cosas por su osadía e ignorancia. Y no hay mejor aliado del fascismo que la ignorancia como nos muestra la Historia más reciente.

Y asusta porque estos personajes son los avalistas de esos desalmados tiburones y buitres económicos depredadores y grandes culpables del malestar que origina esa desigualdad. Sí, estoy hablando de esas grandes fortunas que apenas tributan (véase por ejemplo Amazon paga 5% de impuestos) y así podríamos seguir hablando de los ajustes fiscales de las grandes empresas a nivel internacional. Sin embargo, ojo, ellos están ahí con sus cambalaches y sus patrocinadores políticos como los susodichos; con su prensa subvencionada y por tanto amiga; con sus acólitos y demás tiralevitas acomodaticios y serviles, muchos de ellos justificando la explotación y el abuso. Si, estoy hablando de gente que se consideran a si mismos buenas personas, pero que carecen de un principio tan humano como es la solidaridad. Y la justicia social va de eso, señores políticos, de no ser tan egoístas, de cumplir con nuestras obligaciones fiscales, de ayudar en la manera posible a combatir la desigualdad, de evitar esa lacra enorme de pobreza que avergüenza al mundo... mientras la opulencia exhibe los frutos de los miserables avaros. En el fondo, ¡qué pobres son!

Decía que tengo miedo, si gobiernan estas gentes podemos acabar cayendo al abismo. Y quiera Dios que me equivoque.

* Ricardo Timiraos, profesor y escritor de Viveiro.