Se llama Manuel Gavín y se ofrece para tramitar a sus vecinos la legalización de sus pequeños gallineros ante la Xunta. El trámite es sencillo, simple, pero hay que tener en cuenta que mucha gente mayor, que tiene gallinas para autoconsumo y cultiva la huerta, puede que no acceda a Internet y deba desplazarse a una oficina de la Xunta para cumplir este trámite obligado.
Si no lo hacen además no les venden más gallinas y ese es el problema.
Es un tema que parece menor y no lo es, o no tanto como parece en un principio. Tengamos en cuenta que había registrados unos 45.000 gallineros hasta ahora y que se han tramitado ya 35.000 solicitudes para legalizar otros tantos. Podemos estar hablando de más de 100.000 gallineros y seguro que nos quedamos cortos.
El tema está de plena actualidad y si tiene tanto eco y audiencia será por algo. Porque afecta a la pequeña economía de miles de familias humildes, y no tan humildes, en Galicia. Que recogen huevos para autoconsumo y cultivan para ser en lo posible autosuficientes, que no es mala idea en este tiempo y en el futuro.
Por eso la iniciativa de Manuel Gavín es ejemplar y solidaria. Y está teniendo respuesta, claro; Gavín sigue sumando solicitudes en A Pontenova. Hace un pequeño favor a muchos de sus vecinos mayores. Legalizar a los gallineros también significa tener un veterinario de referencia. Sí señor, que diría Ánxel Fole.