Ante esta situación, los habitantes de El Franco exigen controlar la población del lobo y su distribución geográfica. «No se hace un balance total de los lobos que hay y hay muchos más de lo que se piensa», denuncia Justo Gayol. «Aquí hasta que no pasa algo no actuamos y ya está pasando. Los lobos no tienen miedo a nada. Parece que los tuvieron en cautividad y los andan repoblando porque están acostumbrados al contacto humano», lamenta Martín Pérez.
Por su parte, José Manuel Martínez manifiesta que «bastantes cosas da de sí la naturaleza que no se puede frenar como para que ahora dejemos que pasen las cosas que sí se pueden evitar. Esto se está complicando. Será porque en el monte no hay comida o cada vez son más domésticos, pero esto va a traer una desgracia». «De esta manera, se protege menos al lobo porque los ganaderos van hacer todo lo posible para quitarlos delante», añade.