El derbi disputado el pasado domingo en Cantarrana entre las entidades mejor clasificadas de nuestra comarca discurrió bajo unos parámetros de exquisita deportividad. Felizmente, en el olvido quedaron diferencias entre las entidades derivadas de absurdas denuncias de presuntas alineaciones indebidas de jugadores no participantes en el juego. Un derbi que nos ha vuelto a proporcionar una ejemplar muestra de los principios, valores y sentimientos que emanan del escenario en el que se desarrolla tan bello deporte.
El retraso del viaje de regreso del año pasado no fue inconveniente para que gran parte de la expedición ribadense volviera a realizar su desplazamiento utilizando como medio de transporte el tren, reivindicando, de esta forma, el mantenimiento de servicios esenciales en nuestra comarca. Una comarca que llevamos en la sangre tanto los que han nacido en ella, como los que hemos elegido la misma para dar a luz a nuestros hijos y enterrar a nuestros muertos. Una comarca, con independencia del partido gobernante, cada vez más olvidada en servicios e infraestructuras y de la que nuestros hijos, ante la falta de oportunidades, deben emigrar para buscar un futuro digno lejos de ella. Una comarca que amamos y en la que debemos mantener actualizado el legado de quienes, a pesar de emprender el viaje definitivo antes de tiempo, convirtieron la honestidad en hábito durante toda su vida y no se cansaron de defender lo nuestro en cada renglón de sus publicaciones o en cada palabra de su discurso. Una comarca en la que el tren significa la columna vertebral encargada de proteger su sistema nervioso y en la que cada uno de los recientes estornudos de la multinacional que ejerce como pulmón nos hace sentir más intranquilos.
El tren que se defiende desde Ribadeo es el tren de los sueños de muchos estudiantes que viajan cada día para mejorar su formación y labrarse un mejor futuro, es el tren del trabajador que sueña con mejorar las condiciones de su familia, es el tren de los sueños de Lara visitando a sus amigas los fines de semana, es el tren de los sueños futbolísticos de Brais volviendo a casa después de cada entrenamiento, es el tren que nos permite el privilegio de atravesar las entrañas de nuestras localidades para disfrutar de la belleza cantábrica que nos acompaña.
Futbolísticamente, es el tren cuyo destino, a final de temporada, nos lleve a vivir el sueño del retorno de Ribadeo F.C. y Viveiro C.F. a categorías nacionales, es el tren del sueño que supone la consolidación en la categoría del C.D. Foz, es el tren del sueño de volver a ver a los nuestros disputando fases de ascenso a categorías semiprofesionales llevando el nombre de nuestras localidades por todo el territorio nacional, permitiéndonos, en nuestro deporte, recrear el sentimiento de orgullo que ha supuesto este fin de semana la presencia de nuestras gimnastas locales en el reciente Campeonato de España o, cada semana, con la labor desarrollada por el Pescados Rubén-Burela F.S.
Una vez más, el fútbol nos ha vuelto a demostrar que es mucho más que fútbol.
Emilio Rosanes es Entrenador Nacional de Fútbol UEFA-PRO
y profesor de la Escuela Gallega de Entrenadores de Fútbol.